El Apunte

Las playas y las prisas

Es cierto que la temporada apremia y las orillas son un elemento básico en la oferta turística gaditana pero los técnicos precisan de unos plazos a respetar

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A estas alturas de promoción turística, resulta ridículo recordar lo que son las playas para la provincia de Cádiz. Son su alma y su escaparate, su mayor atractivo y patrimonio. Pocas provincias españolas tienen más kilómetros de arenas más limpias, de orillas más anchas. Muchos de ellos sin mancha de edificios. Es evidente que forman parte esencial, quizás la principal, de la oferta de todo el sector servicios. Nadie lo va a poner en duda, menos aún en primavera, verano y otoño. Por ese motivo, que una cadena de temporales haya dañado el litoral provocando escalones y daños, quebrando las líneas de arena, estropeando equipamientos y dejando al desnudo cables, rocas o escaleras es una noticia que va mucho más allá de lo paisajístico.

Si las playas se han convertido en las grandes damnificadas por el temporal que desde el pasado sábado azota con virulencia la provincia, son miles de puestos de trabajo los que pueden estar lastrados. De chiringuitos a hoteles, de transportes a gastronomía tienen un vínculo con las playas desde Sanlúcar hasta Sotogrande. De ahí que hayan saltado las alarmas.

Todas las partes reconocen que es necesario actuar de forma urgente y decidida. Nadie lo ha negado ni lo ha puesto en duda. Las discrepancias llegan con el cómo. En este apartado conviene dejar actuar a los técnicos de la Demarcación de Costas. Se supone que son los que tienen mayor conocimiento y experiencia, que nadie ha visto y tratado más playas que ellos. Por eso, es preciso añadir serenidad a la reclamación. La administración estatal ya ha confirmado que actuará, que siempre realiza tareas de mejora cuando llegan temporales y se acerca la campaña. Cosa distinta es que esos trabajos incluyan obligatoriamente recargas de arena. La regeneración, que sería su nombre técnico, no siempre resulta útil y jamás es barata. En muchos casos, esa solución apenas dura meses, hasta que una ola se lleva lo aportado. No funciona siempre, en todos los tramos de la misma forma. Así que toca esperar a que el tiempo mejore y luego confiar en los expertos y los funcionarios. Suelen ser el mayor patrimonio de cualquier administración.

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