Orgullo de embajador

Seis meses navegando, cruzando las aguas con la diosa Minerva guiando sus pasos y exportando la imagen de Cádiz y toda España por los puertos de diferentes continentes. Difícil encontrar un mejor embajador de esta tierra, heredero de un proyecto quimérico que se convirtió en realidad por mor de muchos de nuestros paisanos.

Cada salida de Elcano es especial, y en esta ocasión se le añade una misión científica abanderada por la propia Universidad de Cádiz para ponderar los efectos del cambio climático en los océanos e investigar causas, consecuencias y soluciones. Una unión a celebrar y que ojalá se perpetúe en próximas singladuras para dotar aún de mayor gaditanismo al buque escuela de la Armada Española, forjado en los Astilleros de esta Bahía.

Durante los próximos meses reeditarán la gesta de aquellos héroes que el 20 de septiembre de 1519, dirigidos por Fernando de Magallanes y tomado después el relevo por el de Guetaria, partieron desde Sanlúcar para dar la primera vuelta al mundo de la historia. Sí, desde Sanlúcar de Barrameda, un lugar icónico por tal proeza que, como es de (mala) costumbre, quedó olvidada y ahora intentan desenterrarla dando valor a eso que llaman memoria histórica.

Más de 200 hombres y mujeres embarcaron en el bergantín-goleta, con 16.000 millas por delante y el horizonte de una nueva vuelta al mundo que se prepara para el próximo año. En estos tiempos de relativismo es conveniente agarrarse a los símbolos. Y es algo más que un navío. En Elcano se fundirán de nuevo tradición y modernidad, recuerdo y progreso, pasado, presente y futuro, sobre las tablas del mejor embajador de Cádiz. Su avanzadilla. Buen viaje y que los vientos sean propicios.