OPINIÓN

Navantia también da alegrías

La reparación de cruceros crece hasta beneficiar a San Fernando

A veces, las legítimas protestas, las necesarias preocupaciones y las polémicas nos impiden ver los progresos de una empresa o de todo un sector industrial. Algo así sucede con los astilleros de la ciudad de Cádiz, que se han convertido en un referente internacional en el mercado de la reparación de cruceros. No ha sido fácil llegar hasta aquí. Navantia inició de manera muy tímida este tipo de trabajos hace ya casi diez años y poco a poco se ha colocado entre los primeros, compitiendo con sus más duros rivales: Italia, Francia y los países nórdicos.

Los astilleros españoles se embarcaron en esta tarea por obligación y necesidad. No quedaba otro camino por entonces y es un gran complemento ahora. Para entender la actualidad, conviene remontarse a los antecedentes. A finales de la pasada década, la Armada Española había anunciado la imposibilidad de seguir con las inversiones para la renovación de su flota. Los recortes presupuestarios y los ajustes pusieron a la Armada en la dura tesitura de sacrificar sus proyectos a la espera de tiempos mejores. Navantia fue la principal afectada por esta decisión, que perdía así a su principal cliente. Ante esta situación, los astilleros públicos tuvieron que reinventarse y explorar nuevos mercados. De esta forma, surgió la necesidad de abarcar la reparación de cruceros como un objetivo prioritario. La compañía Iberocruceros fue, por entonces, la primera que tendió la mano y confió en Navantia para reformar uno de sus grandes barcos turísticos.

El primer trabajo que se realizó en el astillero gaditano fue la reparación del ‘Grand Voyager’. Iberocruceros siguió apostando por la empresa naval española y delegó en ella la reforma del ‘Grand Mistral’ y, más tarde, la del ‘Grand Celebration’. El astillero de Cádiz obtuvo la primera recompensa en 2011 cuando Royal Caribbean decidió confiarle la reparación del ‘Splendeur of the Seas’. Desde entonces Navantia ha ido sembrando éxitos hasta recoger ahora una importante cosecha de oportunidades. El astillero de Cádiz batió en 2016 un récord en materia de reparaciones de cruceros con 16 barcos y en este otoño de 2018 no lo superará pero se quedará muy cerca, con más de una docena de encargos con los que llegan estos días. Hasta tal punto crece la demanda que los astilleros de San Fernando también tienen que participar. Buena noticia.

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