Opinión

Llámalo Dios, llámalo energía

Crónica de una muerte anunciada. Así podría titularse ese periodo en el que se ha ido fraguando la dimisión de Fran Gonzalez

Crónica de una muerte anunciada. Así podría titularse ese periodo en el que se ha ido fraguando la dimisión de Fran Gonzalez como concejal y portavoz del grupo socialista en nuestro Ayuntamiento. Estaba claro que los resultados de las pasadas municipales iban a pasar factura en el seno de la sede de la plaza de San Antonio. Algo que se veía venir desde que el pasado 26 de marzo los gaditanos hicieran ganador, en nuestra ciudad, al PSOE de las elecciones europeas y, sin embargo, relegaran a dicha formación a nivel municipal al tercer lugar, manteniendo los mismos resultados de hace cuatro años cuando no existía esa ola a favor del PSOE en toda la geografía española.

Como diría Fermín, el de la serie ‘La que se avecina’, no el Salvoechea, «hay alguna fuerza cósmica, llámalo Dios, llámalo energía pero algo hay…» o el simple karma, tan de moda actualmente, que en las pasada elecciones municipales se la ha devuelto a Fran Gonzalez. Y es que, como dice aquel dicho, «Roma no paga traidores» y Cádiz no podía ser menor que la Ciudad Eterna. Si hace cuatro años al Secretario General del PSOE en Cádiz no le tembló el pulso a la hora de pactar con Kichi para darle el bastón de la alcaldía a Podemos, a pesar de haber ganado las elecciones Teófila Martínez y en contra de lo que había decidido la mayoría de los gaditanos, dicha acción, con el tiempo, se le ha vuelto en su contra. La jugada en aquella época se planteaba exitosa. Con el apoyo del PSOE a Podemos se pretendía desbancar al Partido Popular de la alcaldía de nuestra ciudad, poniendo a un recién llegado con la intención que se quemara al frente del Ayuntamiento. De esta forma el PSOE y Fran Gonzalez solo tendrían que esperar esos cuatro años de legislatura para presentarse a las nuevas municipales como los únicos «salvadores» de la ciudad, ya que sería la única opción de la izquierda y podrían sumar los votos de Podemos a los suyos. Pero esto no ha sido más que una mala jugada, una nefasta apuesta, que ha acabado con uno, si no el único, de sus ideólogos anunciando la semana pasada su dimisión al frente del grupo socialista en el Ayuntamiento de Cádiz.

El pactar con Podemos y mantenerse durante cuatro años sin querer mostrarse mucho, manteniéndose en una posición de no trabajar a favor de Podemos, para que estos no se llevaran el mérito, y de poner palos en las ruedas del Kichi, para no ofender a los suyos, les ha llevado a que sus votantes hayan perdido totalmente la confianza en quien debía de liderar el proyecto socialista en nuestra ciudad.

Estos paupérrimos resultados junto con los problemas de corrientes, familias, pensamientos o como se les quiera llamar a lo que afecta internamente al Partido Socialista de Cádiz, no deja más que abierta una sucesión al frente del partido para unas futuras municipales que no hacen augurar nada bueno para la formación de izquierda de nuestra ciudad.

Lo que está claro es que las malas decisiones se pagan en esta vida y, de momento, el pacto de hace cuatro años se ha cobrado su víctima en forma de candidato socialista. O quién sabe, quizás lo que hoy parece una «muerte» política anunciada se convierta al tercer día en una resurrección del socialista en algún Ministerio en Madrid. La vida y Pedro Sanchez lo dirán.

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