Montiel de Arnáiz

Hechos de talento

Dijo Víctor: «Dejé de ser un discapacitado cuando me amputaron las dos piernas»

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Dijo Víctor: «Dejé de ser un discapacitado cuando me amputaron las dos piernas». Resulta complicado asimilar que este mensaje sea la solución a un problema, como también lo es dejar de ver los atardeceres, dormir escuchando a Vivaldi, pintar sujetando el pincel con los dientes o dejarse caer cuesta abajo en una silla de ruedas para sentir el viento en el rostro.

Víctor Mainé, isleño de cuarenta años y cañaílla con quince años de experiencia en radio y televisión, se vio privado de sus dos piernas tras luchar toda su vida contra los efectos de la espina bífida. Lejos de amilanarse y caer en la depresión, Mainé dio un vuelco sensible a su vida y se ha convertido en el primer atleta doblemente amputado que practica ‘Crossfit’, una disciplina atlética de gran dureza.

Además, gracias a sus dos prótesis de piernas, Víctor vuela sobre las pistas de atletismo como un galgo con bigote. Tan rápido corrió que hizo saltar las alarmas por su exceso de velocidad y fue seleccionado hace unos meses para la campaña «Hechos de Talento» como uno de los representantes de la ‘Marca España’ en todo el mundo.

Resulta sorprendente que los españoles tengamos que realizar una campaña publicitaria para autoconvencernos de que nuestra brillantez. Hay quien piensa que nuestro mayor talento es echarnos por tierra, infravalorarnos, no tener consciencia de nuestra valía real. No hablo de quienes se dicen patriotas al borde de la quiebra, sino de los demás, de los que siempre llorábamos en cuartos de final, los que ignorábamos la existencia de Triana, Panero o Costus.

Ayer, 3 de diciembre, fue, como viene siéndolo desde 1992, el Día Internacional de las Personas con Discapacidades. Soy de los que pienso, como Víctor Mainé, que los discapacitados somos nosotros, encerrados en nuestras rutinas, en la esclavitud monótona de nuestra pervertida escala de valores. Ellos son los héroes. Qué más dará el sentimiento de orgullo patrio que pretende insuflarnos la ‘Marca España’ cuando se confronta en una balanza con el esfuerzo, la valentía, y la fuerza mental con la que sale adelante este maravilloso grupo de falsos discapacitados que encabeza, en nuestra tierra y en la extranjera, don Víctor Mainé: un hombre capaz que hace equilibrismos, una y otra vez, en Despeñaperros.

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