OPINIÓN

¡Franco, Franco, Franco!

Hoy es el día en que sacan a Franco de El Valle de los Caídos. Ayer escuché tu latido, pero era hoy

Hoy es el día en que sacan a Franco de El Valle de los Caídos . Ayer escuché tu latido, pero era hoy. Todos los hoy solo son las víspera de un mañana. Siempre es ahora, de alguna manera. El cielo de Madrid, que ... siempre es siempre, cubre la ciudad como una bóveda cambiante. En el momento en el que escribo, oprime en escala de grises, oscura como la tapa de un ataúd de zinc. Se muere la tarde y los terroristas envían en las redes sociales fotos de decapitados camufladas con filtros de corazones. La cima de la civilización es un juguete sexual que triunfa en Amazon. Los niños hierven en ruido a la salida de los colegios: felicidad desatada, ojeras de cansancio, patinetes, otra vez bocadillo de queso, mamá. Así suenan el Régimen del 78 y su deliciosa rutina, y más allá martillea el cincel de los fabricantes de lápidas y el jaleo de los gritos de los apostadores electorales del invierno. ¡Les jeux son fait!

Otegi escribe en ‘The Guardian’ artículos sobre represión policial. La semana que viene, Hannibal Lecter firmará la crítica gastronómica. Torra se atrinchera en el Palau y yo veo en él cada vez más al Coronel Kurtz en ‘Apocalypse Now’. O en el Corazón de las Tinieblas de Conrad, que viene a ser lo mismo. «¡El horror, el horror!». Quim está cada vez más solo. Hasta Esquerra ha pedido ayuda a los empresarios para derribarlo. Con el ‘Procés’ anclado en este callejón sin salida entre la cárcel y el fuego se viene una ola de gente bajándose de la burra. De seguir así, en la meta todo van a ser caballos sin jinete.

De Franco diré que me parte el corazón, pues se retira Battiato. Yo en lo musical siempre he sido muy franquista: Un viento a treinta grados bajo cero / barría las desiertas avenidas y los campanarios. / A ráfagas heladas de metralla, / desintegraba los muros de nieve.

«¡Franco, Franco, Franco!», gritábamos en sus conciertos. Hemos cantado ‘Los trenes del Tozeur’ por las carreteras del mundo, desde Laponia hasta Ciudad del Cabo. Siempre estaba Battiato, acercándose a la verdad de perfil, casi tangencialmente, palpando sus fronteras en la oscuridad de los ojos vendados, que es la única manera de acercarse a la verdad de las cosas. Lo escucho en el que será su último disco, ‘Torneremo ancora’, que se traduce como volveremos de nuevo, y así, frágil, anciano y dubitativo, me resulta más él que nunca.

Carmen Calvo quería una exhumación discreta y en secreto, no un circo televisivo en plena campaña electoral, pero finalmente retransmitirá el viaje al más acá del dictador con 22 cámaras. Ya prepara el travelling con el féretro de camino al olvido. Hoy se ha celebrado el ensayo -del ensayo- del calvario de la condenación de la memoria que vivieron tantos malditos: la reina Hatshepsut, Trotski, Joselito el niño Cantor. En el vacío también habita la memoria; quién sabe cómo suena un árbol cuando cae en un bosque solitario. el agujero que dejó Franco.

Acaso el infierno sea ya una fiesta en vísperas o tal vez ya no se pueda reparar lo que se rompió tanto.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios