Actividad e inactividad, ¡qué chulis!

La Vicepresidenta comunista achaca a Feijoó que, «tiene un problema grave al no entender de qué se trata un contrato fijo-discontinuo»

Veía el Telediario junto a dos de mis nietos, un año entonces cada uno tenían y la Ministra comunista pretendía explicar el concepto de ERTE. Corría el tiempo de la pandemia y el virus nos afectaba a todos. Los miré atónito cuando finalizó su alocución. ... Ellos empujaron sus hombros hacia arriba, haciendo una mueca con los labios, mientras yo fruncía el ceño.

Es evidente que no sabía lo que era una regulación de empleo suspensiva del contrato de trabajo o de reducción de la jornada de trabajo. Exactamente lo que le pasó a Cospedal, cuando intentó explicar el despido de Bárcenas. Nadie se enteró entonces. La Vicepresidenta comunista achaca a Feijoó que, “tiene un problema grave al no entender de qué se trata un contrato fijo-discontinuo”.

El SEPE no contabilizará como parados a los contratados como fijos discontinuos que dejen de trabajar. Es un nuevo truco estadístico, similar a los ERTE´s que explica el milagro del mercado laboral. Hemos llegado a la determinación de los conceptos por la vía de la ficción legal, que se distancian de la realidad. Cuando uno no tiene actividad se encuentra en situación de inactividad. Es lo mismo que decir que cuando uno no trabaja se encuentra sin empleo. Cosas diferentes son las ficciones legales y la articulación jurídica del texto regulador del contrato fijo discontinuo que, arranca diciendo que, el contrato por tiempo indefinido fijo-discontinuo…

Califica de indefinido el vínculo jurídico que se crea consecuencia del contrato de trabajo, sin perjuicio de la inactividad materializada entre llamamientos al trabajo. Imagínese un trabajador fijo discontinuo que trabaja dos períodos de quince días al año, un mes en total, por ejemplo. Ese trabajador figurará como demandante de empleo no desempleado durante once meses al año. O sea, la inactividad durante once meses no computa como desempleado. Algo parecido debió ocurrirle al científico-filosofo Schrödinger cuando se preguntó ¿qué es la vida? Además de considerarla ínsita en un cristal aperiódico, base material de la transmisión genética, consideró que los seres vivos eran sistemas expertos en eliminar entropía (que no se equivoquen y lo confundan los comunistas del mundo entero, con el concepto de “empatía, chulísimo y guay del Paraguay…”).

Lo que sugiere que un organismo vivo aumentará continuamente de entropía y tenderá a aproximarse al peligroso estado de entropía máxima que es la muerte. Sólo podrán mantenerse los seres vivos lejos de esta situación y por lo tanto vivos, extrayendo constantemente entropía negativa de su medio ambiente. Es decir, la alimentación del hombre determina la entropía y el metabolismo es el cargado de liberarla. Un organismo vivo tiene la propiedad de mantener el orden sobre sí mismo, escapando de su propia descomposición, que llevaría al caos a ese organismo en caso contrario. De ahí la importancia vital de la función metabólica, catalizadora de moléculas con encimas…Lo que exige el trabajo constante y de verdad, lo que sólo se alcanzará flexibilizando el mercado de trabajo.

Veo una Ministra “Chupipandi”, que dice cosas “chulísimas”, pero que no acierta a explicarse. Constato dos problemas, el lenguaje inclusivo nubla su mente últimamente, incapacitándola para la comunicación entre humanos y, en segundo lugar, pretender volver a las utopías comunistas puestas en prácticas en la URSS, cuando no había desempleo, aunque la gente no trabajara. Los comunistas habían alcanzado la gloria en un “mundo feliz” auspiciado por la utopía y el mal uso del lenguaje que, no reflejaba la realidad de los hechos. Debe tener cuidado para no morir de éxito. La vida es como es y todo vuelve a la situación de partida, cuando las cosas son metabolizadas.

La vida en la Tierra es una forma de disipar el gradiente solar inducido, lo que se hace trabajando también, consumiendo energía. La temporalidad en el mercado laboral se transforma, pero no se destruye. La entrada en vigor de la reforma laboral ha destapado los contratos fijos discontinuos, como la gran herramienta contra la temporalidad, no solo en términos laborales sino también estadísticos.

La inactividad del trabajador supondrá que el trabajador dejará de acudir a la empresa, pero no constará como parado. Ese trabajador figurará como demandante de empleo no parado. Sería similar a la situación administrativa que vivieron los trabajadores en ERTE durante la pandemia, no trabajaban, pero no se consideraban desempleados. La precariedad se trasladará ahora a muchos de los contratados fijos-discontinuos, cuyos períodos de llamamiento se alarguen en el tiempo. El mercado de trabajo español tiene un fuerte componente estacional que no ha desaparecido. La temporalidad se trasvasa a un contrato fijo por disposición de la Ley, fundamentado en un sustrato real de actividad exclusivamente temporal. Ello supondrá previsiblemente la modificación de la protección por desempleo, que será generadora de déficits imposible de sostener, cuando la prestación de desempleo se pretenda utilizar para “compensar” la inactividad de los trabajadores fijos discontinuos, llegándose posiblemente a considerar la prestación como un complemento de los períodos de actividad por muy pequeños que estos sean.

Llegaremos pronto así a la situación de “paro friccional” o pleno empleo, el desempleo de un 5% aproximadamente. Moriremos de éxito, pero no podremos sobrevivir, si por vivir hacemos caso a Schrödinger. La vida y la economía exigen crecer. La energía que consumimos permanece en la materia, pero desaparece el aporte calórico, el que es necesario para el trabajo. Mis nietos tienen toda la vida por delante y yo espero que vivan de verdad, no que sobrevivan, como parece que los comunistas pretenden. Aún me siguen preguntando ¿Qué coño es un ERTE abuelo?

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