Enrique Montiel de Arnáiz - OPINIÓN

Escuadrón suicida

La exhibición de impudicia y desvergüenza de nuestros gobernantes en potencia y acto me resulta repugnante

Enrique Montiel de Arnáiz
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El pasado viernes se estrenó la última producción de Warner/DC, respuesta a esa película macarra y gamberra de Marvel Cómics titulada ‘Masacre’. Aún no he podido ir a verla pero por los trailers me hago una idea de lo que voy a encontrar; un póker de malvados supervillanos a los que su nación exige una acción paramilitar kamikaze buscando el bien común: salvar a su país y a la humanidad de una amenaza alienígena mayor que la que ellos mismos representan. La bella Margot Robbie interpreta el papel protagonista caracterizada como la desquiciada Harley Quinn, una psiquiatra enamorada del Joker, que encarna Jared Leto. Curiosamente, Will Smith parece ceder los focos (que son pocos, pues la película resulta bastante oscura) a la diva, peligrosamente juguetona, que ha partido la pana fandom.

Ahora es cuando yo debería realizar un intento de brillante analogía entre este ‘Suicide Squad’ que busca salvar el gaznate a los yanquis y «nuestro» Escuadrón Suicida de políticos de baratillo, que vienen riéndose de nosotros desde hace meses. Francamente, paso. He perdido la esperanza. La exhibición de impudicia y desvergüenza de nuestros gobernantes en potencia y acto me resulta repugnante puesto que compruebo en su diario actuar que únicamente buscan su propio interés personal y, si cuadra, el de su partido. No tiene sentido que el líder del partido político procesado por corrupción siga al frente del mismo sin dimitir, como también carece de toda lógica que el candidato del principal partido de la oposición resista sus luchas internas pese a que en cada elección obtiene peores resultados. ¿Y qué decir de la gran esperanza blanca de la regeneración política? El que dijo que si perdía las elecciones se iba a su casa permanece agarrado al mástil, convertido en casta de nuevo cuño. Por otro lado, el que clamaba desde el púlpito secular diciendo que su objetivo no eran los sillones parece haber cambiado de opinión.

Y hasta ahí podría entenderlos. Lo que no es comprensible ni aceptable es la incapacidad absoluta que ofrecen estos cuatro políticos para alcanzar algún tipo de acuerdo entre ellos, conduciéndonos a unas terceras elecciones por mor de su ineptitud. No entienden que con su obcecación lo único que les espera es su propio suicidio (político).

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