Fernando Sicre - TRIBUNA LIBRE

Desde el Peñón hasta la base

Las ciudades con más paro de España se concentran en la provincia de Cádiz

Fernando Sicre
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a Base de Rota, Gibraltar, Marruecos, el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico le dan a la provincia un toque de distinción que casi roza lo exótico. Una idiosincrasia única en el Estado español. La Administración General del Estado ha tenido auténtica presencia física en los tres territorios de la provincia que actúan como fuerza centrípeta en cada una de ellos: la Bahía de Cádiz, el Campo de Gibraltar y el Marco de Jerez.

En el resto de España, hablar de la capital de la provincia es hablar de su provincia, una cosa equivale la otra. En Cádiz, eso también es distinto. Las áreas de las dos bahías y Jerez rivalizan como auténticas capitales, lo que en no pocas ocasiones ha originado algún que otro sentimiento separatista, reivindicando la modificación de la división provincial española de Javier de Burgos.

Las pretensiones legítimas de Jerez y Algeciras de tener sedes administrativas estatales y autonómicas pierden consistencia con la mayor y mejor dotación de infraestructuras, que cohesionan y vertebran mejor la provincia. El tercer acceso a Cádiz ha venido a solucionar el problema administrativo, ya que conecta la capital de la provincia y núcleo de las administraciones estatal y autonómica con el punto más recóndito del territorio provincial a una hora y media máximo. En este caso la necesaria cercanía de la administración al ciudadano se ha hecho realmente efectiva con la mejor y mayor dotación de infraestructuras.

También es una provincia particular en lo económico. En la sierra, ganadería y agricultura, junto con manufacturas varias, algunas de ellas como la marroquinería de especial importancia y de reconocido prestigio en todo el mundo. La población de los pueblos que la conforman no sólo se ha mantenido estable, sino que, contra todo pronóstico racional y objetivo, incluso se ha visto aumentada, por la incidencia que en estos pueblos tienen ciertos mecanismos protectores sui generis, el AEPSA, antiguo PER, consideradas como políticas activas de empleo, que además cumplen otra finalidad, la de ser un cauce de financiación local y de compra de la paz social.

Unido ello a la incidencia en la zona de un mecanismo protector de Seguridad Social, el subsidio agrario, no sólo han parado el éxodo de población, sino todo lo contrario, el incremento de la población es una realidad. Sin lugar a dudas, en todo ello hay una gran dosis de perversión del sistema, que impide el ajuste natural de la demanda y oferta de la mano de obra, que sí existe en todas las demás zonas donde no operan estas políticas de subsidios.

El Marco de Jerez, con una tradicional importancia de la agricultura y manufacturas de ella derivadas. La producción de vinos, brandis y vinagres de excelentes calidades y con una gran cantidad de variedades han hecho famoso en el mundo entero estos productos, lo que además realza su vocación exportadora, desde sus orígenes en el siglo XVII. Sigue sin encontrar su espacio en el mundo agroindustrial y en el de la industria en general. Su especial localización le permite optar a ser punto de referencia obligada en esa hipotética plataforma logística en la que debiera convertirse con las dos bahías, como conjunto territorial afectado a una especial actuación de la logística económica.

La Bahía de Cádiz, el monolitismo industrial, junto con una vasta extensión de marismas definen a una zona también caracterizada por una importante presencia de la administración a través de las Fuerzas Armadas. El sector industrial por excelencia, el naval, que tanta trascendencia ha tenido en la zona desde finales del siglo XIX, ha sido también una rémora importante para ella en fechas más recientes. Cadiz, marinera como la Galeona, siempre vivió de espaldas al mar.

El puerto de Cádiz sigue sin encontrar su rumbo en cuanto a mercancías y contenedores. Los cruceros han permitido darle un importante realce a las dos dársenas, la del Muelle Ciudad y la de Alfonso XIII. Los astilleros de Cádiz parecen que han encontrado un hueco en la reparación naval. Matagorda sigue desnortado. Si el yugo militar lo asfixiaba, la construcción civil que ha roto las amarras impuestas por la UE lo ha dejado literalmente al pairo.

El acuerdo de construcción con Daewoo puede suponer que zozobre para siempre. Cuando lo público y la política se inmiscuyen en el mundo de las empresas, mala cosa. Sólo el día que privaticen Navantia, podré decir que los astilleros tienen futuro. La mejor empresa pública es la que no existe. Pienso que los últimos veinte años han sido todo un despropósito. A los números me remito. Todo lo acontecido con Dephi ha sido un despropósito.

Hay que ser consiente de que la deslocalización industrial es tan legítima como la localización. La autoridad laboral y los sindicatos se cubrieron de gloria. Supongo que semejante espectáculo quedará en los anales de la historia industrial mundial y en las escuelas de negocio darán el caso Delphi SA y la «gran oportunidad» que a juicio del entonces presidente de la Junta de Andalucía, supondría el cierre de la factoría americana.

Los sindicatos, Delphi y la Junta de Andalucía llegaron a un acuerdo por el que se cedió a la Junta los activos de la factoría de Puerto Real y se indemnizaba a los 1.650 trabajadores, en un cierre que supuso un coste superior a 500 millones de euros, de los que se decía en la prensa, que la empresa asumiría no más de 120 millones. Ahí dejo el dato, obtenido como siempre por la boca floja de algunos de los cabecillas del sindicato que tenían exclusivas diarias en la prensa local.

Por si fuera poco, el caso ERE y el de Formación lo han salpicado también. Lo peor de todo ello, es que estas cosas hacen poco atractiva la Bahía de Cádiz. Esperemos que nunca más pasen y alguna industria modélica de la zona sea objeto de estudio en las mejores MBA del mundo.

La otra Bahía, la de Algeciras, con una proyección industrial de incalculable valor y un puerto de los más importantes del mundo en tráfico de contenedores, no despega como debiera por un déficit importante de cualificación profesional en la zona, lo que supone que las empresas auxiliares y de mantenimiento industrial con mayor proyección de valor añadido sean casi todas foráneas. En los últimos cinco años se observa una drástica disminución de la conflictividad laboral, lo que sin duda se convierte que un atractivo activo.

La provincia de Cádiz tiene una renta bruta per cápita que se corresponde con el 76,15% de la media nacional, la más baja de Andalucía y la tercera más baja de España. Las ciudades con más paro de España se concentran en la provincia de Cádiz, allí están las tres primeras, pero además cuenta con otras cuatro entre las once más golpeadas por el desempleo. La crisis padecida ha hecho añicos la provincia. Su impacto ha provocado un especial y significativo aumento en la tasa de desempleo.

Esta situación se ha producido en el marco de una dinámica de retroceso, que la provincia ya mostraba con respecto a Andalucía y España, como así lo demuestran las magnitudes que miden su evolución socioeconómica. La desventaja producida y el freno del proceso de convergencia con España, permiten justificar seguir siendo acreedores de Fondos Estructurales y de Cohesión.

Nuestro calamitoso ranking actual en las macro magnitudes más usuales no son peores porque las últimas incorporaciones de países en la UE han supuesto una bajada ostensible de la media europea del índice de la renta nacional per cápita. Aun así, Andalucía pasa de ser ‘Objetivo 1’ a ‘región en transición’.

La comunidad pierde su catalogación como objetivo porque a pesar de haberse incrementado el PIB, la media del PIB comunitario ha bajado por la incorporación de países del este. De ahí que hayamos sido beneficiados por el tan tatareado por los políticos locales ITI. Nos asola la falta de políticos gestores de primer nivel que pongan patas para arriba esta provincia, la de los dos mares, la de la sierra y la campiña, la de las dos bahías, las de la frontera interior… única provincia donde las haya.

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