OPINIÓN

Los chiringuitos como ejemplo

La reapertura de los pocos que cerraron señala el potencial de la capital gaditana para romper la estacionalidad turística gracias a la climatología

Los hosteleros gaditanos insisten en que la provincia tiene uno de los mejores ganchos para captar turistas en los meses que no son veraniegos. Se trata –pese a la excepción de estos días– de su temperatura. Al margen de la gastronomía, de la oferta cultural y de los bellos rincones que ofrece la provincia para pasar unas vacaciones, el clima es un factor determinante que, pese a todo, está por explotar. La provincia solo ha exportado una oferta de sol y playa que ya está de sobra consolidada pero entre junio y septiembre. Toca ahora ofrecer alicientes para el invierno, la vigente primavera o el otoño.

El sector hace tiempo que se marcó como objetivo prioritario combatir la estacionalidad. Los hosteleros sostienen que Cádiz goza de una climatología lo suficientemente buena como para atraer a los turistas durante todo el año. Los empresarios que se encargan de explotar los chiringuitos en la costa gaditana ( alrededor de 150, entre chiringuitos y kioskos ) saben que el viento sopla a su favor. La apertura de estos locales en invierno (o en la incipiente primavera, o en octubre y noviembre), se ha convertido en una constante que va en aumento. Lo que antes era una temeridad –sólo media docena se atrevía en 2011–, ahora es una necesidad. Las reaperturas ya están en marcha y otros no han cerrado en ningún momento. Todos reconocen que hay negocio para mantener las puertas abiertas. No les falta razón. A partir de ahora pueden encadenar semana santa, motoradas, festivos y ‘puentes’ con una oferta gastronómica importante y es que los chiringuitos se han convertido en restaurantes y locales de copas a pie de playa.

Este fenómeno es fruto de la reconversión sufrida en 2014. El traspaso de competencias de la Demarcación de Costas a la Junta sobre la explotación de los negocios de playa allanó el camino. A pesar de la torpe gestión municipal, se ha ampliado el tiempo de concesión pasando de cinco a diez años con prórroga de tres, lo que ha favorecido la inversión de los empresarios y un cambio radical en la fisonomía de los chiringuitos. Quizás, los establecimientos de playa y la filosofía de sus gestores son el mejor ejemplo para advertir que Cádiz puede estar de veraneo los doce meses del año .

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