Blam blam rima con flan

Vengo estando un poco harto del insulso debate que desde unos pocos años atrás quieren hacernos ver que el cuarteto ha perdido su encanto y su esencia, que la mayoría de los que se presentan han roto de una manera tajante con la supuesta gracia gaditana y el ingenio de antaño defendido ahora por un solo cuarteto. Un buen sector de puristas como por numerosos medios de comunicación escritos y orales sólo tienen ojos para tratar de enaltecer al ¿auténtico? cuarteto gaditano, y hundir de la manera más ruin y sin dudar de cuantas carencias tengan los llamados cuartetos ¿modernos?

Y ahora yo me pregunto, porque es tan difícil reconocer que en la variedad de los estilos cuartetiles ha sido lo que ha salvado a la modalidad de caer denostada y muerta como algunos vaticinaban por los años 90.

¡Creo que ya está bien caramba!, porque si algo caracteriza a nuestro carnaval es dar alas a la imaginación y a la creatividad, no se puede glorificar a unos y hundir a otros por el simple hecho de querer defender lo genuino y antiguo o sea sólo por puro amiguismo y colegueo. No es justo, porque incluso ya parece una especie de acoso y derribo, que si los teatrillos, que si el chistómetro, que si las carreritas, que si los bailecitos….

Porque si el objetivo del cuarteto es hacer reír, que cada uno lo haga como pueda y utilizando sus armas, ya sea versado, interpretado o cantando; pues me hace muchísima gracia que se critique al cuarteto por llevar guitarra, por no rimar, por decir chascarrillos… cuando hemos visto que otras modalidades llevan trompetas, bajos y qué se yo más cosas, y sin embargo mutis por el foro. ¿Acaso las comparsas de hoy se parecen a las de Paco Alba o Villegas? ¿Cuántas chirigotas se asemejan a las de Fletilla? Dejémonos ya de tanta demagogia barata y sarnosa. Por eso hoy no es de extrañar que en su día aburrieran al cuarteto de Algeciras, al Morera, y quién sabe si a Aguilera o los niños en un futuro no muy lejano. Que mucho clasicismo hoy, y son los mismos que en su día despellejaron al difunto de Villanego, que dígase de paso fue el que introdujo la guitarra en el cuarteto. Hasta siempre.