Montiel de Arnáiz - Opinión

Adiós 2017

Lo cierto es que la moción de censura a Kichi llegó en el momento más inesperado, justo cuando las cosas parecían haberse enderezado

Montiel de Arnáiz
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Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Ayer veíamos ascender al Cádiz C.F. a la Primera División con aquel gol en el descuento de David Barral y hoy lo tenemos situado en puestos de Champions con Ortuño de máximo goleador, aunque sólo un gol por encima de Cristiano Ronaldo. Es cierto que la baja de Leo Messi, vendido al Inter tras la nueva inspección de Hacienda realizada al jugador, dejó mermado al Barcelona, pero que el equipo amarillo sea la sorpresa de la liga es algo que nadie esperaba; ni siquiera el alcalde, Fran González.

¡Vaya año ha tenido también el socialista! Cuando nadie lo esperaba ya y aprovechando los ascensos de Teófila Martínez, nombrada Secretaria de Estado por la presidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y de Ignacio Romaní, flamante subdelegado del Gobierno, sustituto del recordado Antonio Sanz, el líder del PSOE gaditano alcanzó con los líderes de Ciudadanos y Partido Popular, Pérez Dorao y Bruno García, la pinza necesaria para derrocar a José María González, Kichi, en una moción de censura que era como la crónica de una muerte anunciada.

Recordarán aún la polémica votación por la que el de Rotterdam dejó de ser la máxima autoridad civil de la ciudad. La fotografía de la Policía Nacional desahuciando al exmandatario de su estrado por orden de Fran González dio la vuelta al mundo, al igual que las declaraciones de José María González cuando fue depositado a la puerta del Ayuntamiento: «El PSOE al final acaba como la cabra, tirando al monte. Como sospechaban Demetrio, la Laura y el Lolo, Fran González quería el sillón de mando para desahuciar al pueblo gaditano».

Lo cierto es que la moción de censura a Kichi llegó en el momento más inesperado, justo cuando las cosas parecían haberse enderezado tras la oferta de un grupo empresarial encabezado por el exanticapitalista Juan Carlos Monedero, que buscaba hacerse con el hotel del recién renombrado Estadio Mágico González, lo que impidió que David Navarro dimitiera nuevamente, tras haber rechazado el alcalde su primera renuncia el 1 de enero de 2017, al no haber ofertas para la adquisición de la parte del Estadio.

Las cosas en el equipo de Gobierno iban cada vez mejor, sobre todo tras el cese fulminante de la concejala Laura Jiménez y la entrada en el equipo de Gobierno como responsable de la Delegación de Fomento de la excandidata socialista a la alcaldía Marta Meléndez con el objetivo de lograr para Cádiz fondos de la Unión Europea.

Fue entrar en juego la avispada política pizarrista y el crispado ambiente tras la polémica de los denegados fondos EDUSI se calmó. A eso ayudó también que María Romay se presentara al certamen de ninfas y fuera elegida Diosa y que Ana Camelo manifestara que más que eliminar dicha figura «había que empoderarla», lo que provocó un acercamiento de la postura del Ayuntamiento y la asociación «La Piconera».

El hecho en sí es que el nuevo alcalde, Fran González, se ha encontrado un Ayuntamiento de Cádiz saliente de la crisis que lo atenazó los primeros dos años y medio de mandato del anticapitalista González, disponiendo de año y medio para obtener réditos con los que afrontar su reelección con una mayoría suficiente en la próxima cita electoral.

Para ello cuenta con su equipo de fieles colaboradores y con su nuevo jefe de gabinete, el periodista y activista medioambiental José Vicente Barcia, que negoció con Juan Cantero continuar en su cargo de máxima responsabilidad a cambio de que el nuevo equipo de Gobierno se comprometiera, como así hizo, a exigir al Consejo de Hermandades y Cofradías de Cádiz que limitara la hora de las recogidas procesionales como máximo a las doce de la noche e, igualmente, que se reordenaran las salidas de los pasos según el orden cronológico de la pasión de Cristo.

Esta última medida causó fuerte polémica en los mentideros de la ciudad al destapar el equipo de investigación de LA VOZ DE CÁDIZ que Barcia figuraba censado como hermano de la Santa Cena, aunque al parecer ello no contradecía la regulación legal de compatibilidades con los cargos públicos.

Tras la entrada de Fran González en San Juan de Dios las relaciones entre el Consistorio gaditano y la Delegación de la Junta de Andalucía siguieron tensas. No fue hasta dos meses después de la entrega del bastón de González 1 a González 2 cuando López Gil tuvo conocimiento por la prensa de que había habido un cambio en el Ayuntamiento de Cádiz lo que propició que «con la máxima urgencia» la presidenta de la comunidad autónoma de Andalucía, Susana Díaz, cogiera el tren desde Sevilla y, gracias a la conexión con la vía del Tren-Tranvía, llegara en menos de dos horas al muelle de Cádiz.

Sus primeras declaraciones al llegar al andén causaron sensación, al manifestarse favorable a que se mantuviera el estado actual de la Aduana. «Da gusto verla así, me recuerda a Triana», dijo a los medios de comunicación, aún estupefactos tras el anuncio ese mismo día de la concejala responsable de Onda Cádiz, Victoria Rodríguez, de la fusión de la televisión y radio gaditanas con Canal Sur, para «ahorrar en gastos fijos y ser más competitivos».

No sabemos si fue por la rápida visita de la presidenta Díaz a Cádiz o por la inocente casualidad, pero en Cádiz empezó a salir el sol, políticamente hablando: la aprobación de la ciudad de la Justicia en la zona de las Aletas fue inmediata y, pocos meses después, se hizo pública la venta de la Residencia Tiempo Libre a la cadena de hoteles Barceló para construir un gigantesco resort con spa de cinco estrellas deluxe.

Además, en agosto se conoció al fin el premio recibido por el Carnaval de Cádiz, al ser considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, lo que se consiguió al obtenerse pruebas por parte de un equipo de estudiosos de la fiesta encabezado por Fernando Casas de Ciria, que acreditaron que la primera chirigota gaditana –‘Indiano, me la coges con las dos manos’– se creó tras la fiesta de inauguración en Cádiz de la Real Casa de Contratación de Indias, en mayo de 1717.

En definitiva, el año que hoy finaliza ha sido realmente movido e interesante, hasta el punto de que no acertamos a imaginar lo que nos puede esperar en el venidero. Sea como fuere, el que suscribe les desea un feliz año 2018 y sobre todo que sean felices, como rezaba la Constitución de Cádiz de 1812.

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