El Cádiz del futuro pasa por Náutica
La recuperación de la antigua Escuela debería estar marcada como una prioridad para las distintas administraciones por su valor simbólico y su localización estratégica
Hay un barco anclado en La Caleta. Un barco abatido por temporales que hace que decenas, cientos, miles de personas se queden asombradas al pasar a su lado . Lo curioso es que este barco caletero no está en el mar, sino una decena de metros tierra adentro. Se trata de la antigua Escuela de Náutica, que yergue orgullosa su palo mayor mientras el resto del edificio se va sumiendo en la ruina. En el lugar por excelencia de la gaditanía, uno de sus símbolos languidece ante la asombrada mirada de propios y ajenos, que no entienden cómo ha podido condenarse al olvido a este edificio singular.
Si en 'El Apunte' de ayer hablábamos del deterioro del patrimonio gaditano, con la lista roja de monumentos que están en peligro, hoy tenemos que poner el foco en este edificio, que rompe la continuidad del gran frente universitario de Cádiz frente al mar. La capital ha logrado configurar una línea maestra del saber que arranca en el Rectorado (en el centro Reina Sofía) y que culminará, si Kichi no vuelve a esconder el dinero, en la nueva Facultad de Educación, que irá ubicada en el todavía abandonado edificio de Valcárcel. Este proceso de recuperación ha ido dando nuevo uso a antiguas instalaciones militares y civiles que habían quedado desfasadas y que, gracias a la UCA, han tomado nuevos bríos.
Pero toda rosa tiene su espina y en el caso de este jardín de infraestructuras académicas, ésa es la antigua Escuela de Náutica. No sólo el futuro urbanístico de la Universidad sino que, en un sentido más amplio, el de la ciudad, está ligado a las posibilidades (e intenciones) de recuperarlo para un uso educativo. Desde la Universidad, incluso, se esboza un proyecto para acomodarlo para ser sede de un centro de economía azul. Francisco Piniella, cuya cátedra universitaria está ligada al mar, tiene un gran interés en que este emblema marítimo de Cádiz, este barco muerto en tierra, vuelva a navegar en el piélago del conocimiento. Falta por ver si, desde las administraciones, pondrán viento en las velas o quebrarán los remos.
