OPINIÓN

La ciudad y la ley D'Hont

En la ciudad, quizás lo necesario, es que sus propios pobladores sean los dueños de su destino, y no ponerlo virtualmente en manos de los que no lo sienten

José María Esteban

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Aquella ciudad amanecía cada cuatro años con nuevos y distintos colores. Era la magia de los amaneceres en la esperanzadora búsqueda de ilusionadas y brillantes luces de guía. No se sabía por qué, pero esa distinta forma de conseguir los particulares faros de una ciudad a través de los deseos de sus ciudadanos, llegaban siempre sorprendiendo. Se dice que las ciudades tienen alma, pero yo me pregunto ¿Tendrán también criterios reales para elegirlos? Tener clara opinión sobre el futuro, es el deseo más respetable que una persona debe poseer. Se trata de esperar lo mejor y compartirlo de forma entusiasmada y generosa, para hacernos un poco más felices, en esos colores.

Hay ciudades que por su inmediato y denso pasado, se debaten en ideas para querer ser referentes en el mapa mundial. Todas tienen muy buenos ropajes y todas tienen los mejores ciudadanos. La cita congrega a todos, decidiendo de la mejor y peor manera que tiene la experiencia política, los poderes. Ésta, aún joven democracia, reparte las voluntades de forma muy aproximada al querer de todos, pero por ahora, insatisfactorias con muchos.

Los rumbos que toman cada cuatro años, son a veces tan diferentes, que habría que pensar cuales son las circunstancias que hacen que los ciudadanos nos manifestemos de forma, en principio, tan contraria a opciones anteriores. No es solo cuestión de la extranjera Ley D´Hondt, que trata de lograr en las elecciones, un reparto proporcional que evite por encima de todo, la mayor fragmentación de los resultados. En las generales se descartan porcentajes menores a 3% y en los municipios del 5%. Estemos o no de acuerdo, es lo que nos rige desde que nacimos a la democracia y en otros muchos países.

Cuando decimos que debe haber otras circunstancias que expliquen los cambios de rumbos a veces tan contrarios, nos referimos a que cada cuatro años, o lo hacen muy mal los que gobiernan, o no tenemos claro qué votar en cada convocatoria. Una ciudad lo que necesita y lo pregonan todos en el mismo orden de prioridad: es lo mismo, lo hemos dicho otras veces. Entonces ¿Por qué se cambia la singladura del barco cada cuadrienio?. En muchas ciudades se votan alternativamente opciones mayoritarias, consiguiendo gobiernos con mayorías muy suficientes. En la experiencia de otras naciones, es casi lo mejor, ya que así el ciudadano controla, premia o castiga certeramente esa mayoría ideológica y gestora.

Volviendo a nuestra ciudad virtual, pero muy real, en mi humilde opinión, entre otros motivos, los movimientos de los indecisos, son los que deciden. También la falta de futuro para los más jóvenes. A través de sumas equilibradamente increíbles con exiguas diferencias, logran casi lo contrario de lo que desean. Esa inquieta sensación de inestabilidad en la llegada de soluciones para la ciudad, significa que no se comparte ni el rumbo, ni la velocidad que debiera tener. Y ni votan.

En la ciudad, quizás lo necesario, es que sus propios pobladores sean los dueños de su destino, y no ponerlo virtualmente en manos de los que no lo sienten. Quizás los comportamientos de esos gobiernos, que son currar de verdad por la ciudad, sólo lo sean por las siglas o intereses de poder. El propio Victor D´Hont, el jurista belga citado, que creó su método en 1878, fue uno de los primeros que tampoco se fiaba de las minorías, para que gobernaran por encima de los deseos comunes. Contradictoriamente, es lo que está pasando... Algo habrá que cambiar. SALUD y otros cuatro años esperando a que lo hagan bien, y casi tres meses para las generales.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación