APUNTE
Proyectos y promesas en busca de votantes
Con la cercanía de las elecciones, se multiplican los anuncios y los experimentos, como los del Ayuntamiento de Cádiz y el Gobierno con la AP4
as buenas ideas llegan de pronto, por sorpresa, inopinadamente. Los proyectos se trabajan con sus propios plazos, se maduran poco a poco y, cuando cristalizan, se anuncian en público. También de una manera sorpresiva, sin fecha fija en el calendario. Es por eso tan indignante que los anuncios de nuevos proyectos o la puesta en marcha de iniciativas útiles coincidan con la llegada de periodos electorales. No por casualidad, todo el proceso creativo, administrativo, técnico y de comunicación converge mágicamente cuando hay que pedirle el voto al ciudadano, cuando hay que granjearse determinadas simpatías. Cuando las cartas están próximas a repartirse.
Es una denuncia recurrente, pero no por ello los medios de comunicación debemos dejar de insistir en esta situación que supone, en última instancia, una perversión de los sistemas democráticos.
El caso de la autopista de Cádiz a Sevilla sería uno de los ejemplos de esta práctica. Ayer, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, anunció una inyección de 300 millones de euros para dotar de un tercer carril una vía que con mucha frecuencia acaba colapsada por el tráfico, en especial, durante el verano. No deja de ser curioso que la retirada del peaje de la vía coincidiera casi en el tiempo con las últimas elecciones generales, celebradas en noviembre de 2019 (mes y medio antes de la retirada de esta tasa). Cuatro años después, un anuncio sobre su ampliación se solapa, casi con la misma distancia temporal, con los comicios municipales. Ya han dejado de sonar los globos sonda de la instalación de peajes en autovías y autopistas. Quizá vuelvan el 1 de junio.
Caso similar es el del Ayuntamiento de Cádiz, que anuncia ahora un plan extraordinario de limpieza por barriadas. Como el alumno que pretende aprobar la asignatura estudiando a última hora, el equipo de Gobierno ha descubierto tras casi ocho años que la ciudad está muy sucia desde que la izquierda de Kichi llegó al poder. Su plan parece una broma de mal gusto para los vecinos que llevan años aguantando una ciudad en un pésimo estado, con malos olores.
