APUNTE
Un mandato con más penas que alegrías
El alcalde de Cádiz se despide de los suyos con un mensaje triunfalista sobre su gestión y sin reparar en las asignaturas pendientes
El alcalde de Cádiz, José María González 'kichi', se ha despedido este jueves de los suyos con un discurso triunfalista sobre su gestión. El regidor, lejos de hacer autocrítica, ha glosado los aciertos de su obra sin reparar en todas las asignaturas pendientes que deja para el siguiente Gobierno municipal que encabezará el popular Bruno García. Kichi se enorgullece del recorte de la deuda, sin embargo, se olvida que ese ajuste económico ha significado un deterioro para la ciudad que toca ahora cubrir con más inversiones en mantenimiento y mejoras. Se ha olvidado que durante sus dos mandatos ha tenido un presupuesto que fue anulado, el de 2016, por meter como ingreso la falsa venta de la tribuna del estadio para un hotel.
Además, prorrogó las cuentas de 2018 y las de 2020 y aún seguimos con las del 2022. El contrato de la limpieza viaria salió adelante el pasado diciembre después de seis años y medio de tiras y aflojas. Nació obsoleto y fuera de la normativa porque no contemplaba la recogida de la fracción orgánica. La oposición ha destacado que se trata de un contrato poco ambicioso al no prever, por ejemplo, el soterramiento de los contenedores en las zonas que lo permiten. El nuevo contrato de limpieza que gestionará la empresa Valoriza entró en vigor el pasado 1 de febrero. Tiene una duración de diez años y coste total de 148 millones de euros.
La vivienda y los desahucios son otras dos espinas en el curriculum de Kichi al frente del consistorio gaditano. El problema de la vivienda social en Cádiz se viene arrastrando desde hace años a pesar de ser una necesidad para muchos vecinos. El alcalde asegura que el PP, en solitario, solo entregó 139 pisos en 20 años mientras que su gobierno 148 en ocho años. Unos datos que nada tienen que ver con los del PP, que recuerda que entregó en los cinco mandatos de Teófila Martínez más de 2.000 viviendas protegidas.
Al final, el alcalde se queda con los proyectos estrella que aún están por ejecutar y que dependen incluso de otras administraciones como es el caso de la reconversión de Valcárcel y de los depósitos de Tabacalera o la Ciudad de la Justicia, además del pabellón Portillo. Se muestra satisfecho con la inversión del nuevo Teatro del Parque, antiguo Teatro Pemán, que, pese a la alegría de Kichi, lleva cerrado des su primer mandato. Tampoco ha mencionado el lamentable estado que presenta la pérgola del Paseo de Santa Bárbara.
