El Apunte

Un aprendizaje marcado a fuego

El incendio del parque natural de Las Canteras deja varias lecciones que sirven para encarar de manera óptima su futuro

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En un segundo, la chispa prende y empieza a arder. En pocos minutos, el fuego consume gran parte del bosque de Las Canteras, pulmón verde de la Bahía. Días hacen falta para que los bomberos extingan completamente el incendio, para evitar el temido riesgo de réplica. Y al menos un año para que se pueda volver a abrir el espacio ecológico más significativo y emblemático de Puerto Real. Cuestión de tiempo.

El parque natural se recompone tras la tragedia del pasado verano, cuando ardieron 80 hectáreas en un inolvidable y caluroso día de verano. La catástrofe, por 'suerte', sólo afectó al ecosistema, sin lamentar daños personales y mínimos materiales. Un incendio de enorme magnitud, provocado que no fortuito ni accidental, cuyos responsables no han sido localizados. Siete meses después, deja algunas enseñanzas, hay consecuencias, y es que Las Canteras contará con cámaras de seguridad en su próximo apertura como medida disuasoria y para contar con más recursos para enfocar y castigar a los culpables.

También que no hay que desistir en la labor de concienciación de la ciudadanía. En tiempos tan áridos, marcados por la grave sequía que ya afecta a la vida cotidiana, los vecinos han de extremar precauciones ante un verano que volverá a activar la alerta roja.

Una de las lecciones es que el ser humano tiene la misma capacidad de destruir que de construir, y esa mano está logrando que el parque vuelva a resucitar, los pulmones inhalen aire nuevo y reverdezcan las entrañas de la zona. Las administraciones, municipal y autonómica, trabajan juntas para que este símbolo gaditano vuelva a lucir con toda su vitalidad. Los responsables de la Consejería de Medio Ambiente han llevado a cabo esa compleja labor de selección, de filtrado, para salvar lo posible y descartar aquello que ya no puede albergar más vida y que suponga un peligro para los usuarios. El Ayuntamiento recicla la escasa madera aprovechable para diseñar pequeños diques en el parque y mobiliario urbano; la Junta ya plantea la reforestación para después del verano, mala época en ese sentido por los rigores del calor.

Una de las grandes incógnitas es cuándo volverá a abrir este parque. Las autoridades optan por la cautela. Aún puede haber algún riesgo de desplome de árboles afectados y además la pisada del terreno perjudica a las nuevas especies que surgen en un paisaje rejuvenecido por la regeneración. Otra lección que deja este desastre es que se puede aprovechar para un diseñar un espacio mejor gestionado, más abierto y en mosaico, para reducir la capacidad de proliferación del fuego.

Restan varios años, quizás un lustro, tal vez una década, para que Las Canteras vuelva a ser ese oasis verde entre el cemento que rodea la Bahía. Y de ahí se extrae el principal aprendizaje: nada es eterno y lo apreciado hay que preservarlo y cuidarlo, porque nada se valora en su justa medida hasta que no se pierde.

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