Rosa Belmonte

La piel (fina) que habito

Cualquiera sabe que en Coria del Río y en Murcia se pueden ser más cosas que guardia civil o puta

Rosa Belmonte
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No quisiera hacerme la interesante pero el domingo fui a ver «Cuerpo de élite». Demonios, es que no había ninguna de Terrence Malick. Ni siquiera de Jaime Rosales. Confieso que estoy copiando un principio de artículo del gran Sergi Pàmies («No quisiera hacerme el interesante pero el jueves me comí un calippo con sabor a cola»). En Coria del Río se han enfadado con la taquillera película porque una de sus protagonistas, que es de la localidad sevillana, dice que en su pueblo o te metes a guardia civil o a puta. El lunes se convocó una concentración de protesta. El texto consistorial de Facebook anunciaba que se formalizaría la «tajante protesta con el único objetivo de reclamar que se devuelva la dignidad que el pueblo de Coria merece».

El Ayuntamiento espera que el jueves se apruebe en el pleno una moción con el apoyo de todos los grupos políticos. Peor ha sido un docu-reality donde no salían las Campos. Trataba sobre la ruta de la droga por el Guadalquivir y en una noche de patrulla con la Policía Nacional en Coria se decía que el día que se cobra el paro hay más movimiento en las zonas de menudeo.

Si el personaje de Murcia en la película, interpretado por Pepa Aniorte, hubiera dicho algo como eso no la habríamos entendido porque a los murcianos no se nos entiende. Los parlamentos de la agente Camacho (el de Cieza tampoco se ha quejado) resultan delirantes. Pero no vamos protestando porque se rían de nosotros. Bueno, habrá quien lo haga. Es más, lo de Coria está elegido al tuntún, podrían haber nombrado cualquier otro pueblo. Lo de Murcia no tiene otra opción. Quizá Almería, pero sólo por el acento, no por lo demás. Esa Almería postiza de Rafael Hernando, que el otro día tuvo el cuajo de soltar: «Como decimos en Almería, to pa na». Lo oyes hablar con su acento de Guadalajara y su pinta de personaje de «Orgullo y PPrejuicio» y te da un ataque de risa. El mismo que te da al leer el Traductor Murciano que en Twitter ha hecho el profesor Israel Box. Por ejemplo: «Estoy atravesando una fase de apatía emocional y cansancio físico» sería en murciano «¡La hohtia, qué pocah ganah de ná!». «No me parece de recibo cargar con la realización de las tareas domésticas mientras tú descansas en el sofá» se traduciría como «¡K’ aguhtotáh».

La película «Cuerpo de élite» más que ofensiva es televisiva. Su director, Joaquín Mazón, también lo ha sido de «Allí abajo» y de «Con el culo al aire». Sus guionistas, Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, lo han sido de «Velvet», «Refugiados», «Bajo sospecha» o «Promoción fantasma». Cristóbal Garrido es, además, creador de la serie web «Con pelos en la lengua». Y Adolfo Valor ha sido guionista de «Homo Zapping» y de «El intermedio». También lo fue, y esto mola, de «El diario de Patricia». Les pidieron una historia de acción con conflicto autonómico. Dos años antes de estrenarse «Ocho apellidos vascos», que ha ayudado desde el punto de vista industrial. Un ministro del Interior indescriptible (el vigente no se ha dado por aludido), un etarra enamorado con un zulo y un arsenal en su casa que llama a las armas impresoras, una murciana a la que no se entiende o un ecuatoriano que es el único patriota español. Los guionistas saben que le dan a todo el mundo y cuentan con la piel fina de quien se ofende. No son demoledores pero molestan lo suficiente. Hay un momento en que el ministro del Interior desprecia a una periodista en una rueda de prensa. Cuando se da cuenta de que va en silla de ruedas le grita, para contentarla, que van a aprobar la eutanasia. K’aguhtosequedó.

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