Fin de fiesta

Jesús Lillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La respuesta de Irene Montero a la desautorización de las marchas del 8-M en Madrid confirma que el delegado del Gobierno va por buen camino al prohibir el festival. Confusa, como de costumbre, la titular de Igualdad denuncia la «criminalización» de un movimiento feminista que antes de que Franco lo dejara en evidencia -un año ha tenido para pensárselo, tía- debió mostrar algo de civismo y renunciar a su contagioso pasacalles ideológico.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación