Editorial ABC

La libertad, en manos de Sánchez

Puede haber votantes de Cs que lo entiendan, pero no es lógico que Sánchez sobreviva a sus abusos políticos a costa de Inés Arrimadas

ABC

El presidente del Gobierno se ha propuesto aprobar el decreto de alarma durante un mes, prolongando así una situación de excepcionalidad que le permitirá gobernar sin rendir cuentas al Parlamento, mantener confinada a capricho a la ciudadanía, y restringir libertades de modo arbitrario con aval parlamentario. En las últimas semanas, Sánchez ha visto cómo sus propios socios de moción de censura le retiraban su apoyo, y cómo le costaba cada vez más comparecer cada quince días en el Congreso para dar explicaciones y alargar un estado de alarma que ha sumido a España en un inédito marasmo político, social y económico. Hoy, Sánchez controla arbitrariamente el poder Ejecutivo, ha conseguido someter al Legislativo, y desde ayer controla al Judicial como un poder sojuzgado cuya independencia pasa a un segundo plano bajo la coartada de que España se halla en estado de alarma. La pérdida de garantías democráticas empieza a ser exasperante y lo dramático es que Sánchez siga sacando adelante sus votaciones con la cobertura de ese extraño concepto que tiene de la geometría variable. Sin embargo, es cierto que las mayorías deciden. Más votos valen más que menos votos, y nadie podrá culpar a Sánchez de ganar votaciones en el Congreso. Muy al contrario, conviene repartir responsabilidades entre quienes apoyen una interpretación abusiva de la Constitución para perpetuar un estado de alarma que España ya no necesita. Una cosa es imponer medidas restrictivas para contener una pandemia -y todos estaremos de acuerdo por estrictos criterios de salvaguarda de la salud pública-, y otra muy distinta es crear una ficción política para imponer un modelo de gobierno autocrático y manipulador de la opinión pública, cuya finalidad es ideologizar el virus hasta someter a la ciudadanía a un régimen intervencionista y vulnerador de las libertades.

Sánchez sigue chantajeando a los españoles con su oferta cerrada de gestión improvisada y chapucera. Los últimos ejemplos, con las rebajas comerciales y la cuarentena para los turistas que quieran tirar su dinero y encerrarse dos semanas en un hotel, son esclarecedores. Pero lo cierto es que sigue sin plantear un plan B a los españoles. A día de hoy, Sánchez prolongará el estado de alarma casi hasta julio gracias a Ciudadanos. La lectura no es compleja: un partido constitucionalista va a apoyar a un Gobierno radical de izquierdas en una votación para perpetuar la merma de garantías constitucionales. Y además, acusando a Sánchez desde sus propios escaños de ser un traidor a la democracia. Puede haber votantes de Cs que lo entiendan, pero no es lógico que Sánchez sobreviva a sus abusos políticos a costa de Inés Arrimadas. Sea constitucional o no, Sánchez ganará un mes de poder absoluto sin necesidad de rendir cuentas. Y España perderá un mes, otro mes, en manos de un Gobierno autoritario.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación