Cuidar para poder presumir

Llega el verano y con él miles de turistas que acuden a nuestras playas animados por sus bondades:su riqueza natural, el ambiente que se vive, la oferta gastronómica... Numerosas irresistibles ofertas de las que se puede presumir sin tapujos y tan importantes para el sector que está llamado a tirar del carro de la economía de la provincia. Así, pequeñas pedanías son invadidas por los visitantes que esperan encontrar todo aquello que le contaron. Vienen con ganas de sentirse enamorados de esta tierra de la que tantas veces han oído hablar, un lugar donde descansar y divertirse a partes iguales, y donde huir de las preocupaciones y no encontrárselas.

El problema viene cuando en ese clima de tranquilidad algo se descontrola, se descuelga y no funciona.

Entonces el paraíso ya no es tan soñado ni recomendable. Por eso, es vital cuidarlo y por eso, es importante cubrir de mimos a estos pequeños rincones tan importantes, como Los Caños, Zahara de los Atunes o El Palmar, puntos neurálgicos del turismo estos días.Lo importante es que el plan salga redondo, que no se tuerzan asuntos tan importantes como la seguridad o la limpieza, por ejemplo. Si de ello depende echar una mano a un ayuntamiento quebrado, habrá que echársela de algún modo.

La que llega es una riqueza que repercute a todos y no es cuestión de un solo verano sino que de que todo vaya bien dependen los venideros. Por esta razón es importante la colaboración entre las adminsitraciones:Gobierno, Diputación, Junta y ayuntamientos tienen que dotar de los servicios fundamentales aquellas zonas que llegan a multiplicar sus habitantes hasta por diez. Esa responsabilidad no puede recaer en los 400 ó 1.000 contribuyentes que viven en esa zona todo el año porque, evidentemente, el servicio que se preste será «deficitario» y si además depende de un Consistorio que ni siquiera tiene para pagar las nóminas a sus empleados, el asunto pinta todavía mucho peor. Si se quiere presumir y vender, primero habrá que cuidar.