TELEVISIÓN

Rocío Carrasco, sin límites: Reniega de su hija desde la muerte de su madre Rocío Jurado

A corazón abierto ha relatado lo que le preguntó su hija Rocío Flores justo después del fallecimiento de su abuela: ya no hay límites

Rocío Carrasco se ha abierto completamente en Mediaset.

José Juan López

Antonio David Flores usó descaradamente a sus hijos en los medios para sacar provecho de la delicada situación emocional por la que pasaba Rocío Carrasco durante la enfermedad y tras la muerte de Rocío Jurado .

De eso, según lo visto y lo contado, parece no haber dudas. Ahora, Rocío está contando lo que ocurrió tras el fallecimiento de su madre, dejando entrever que todos los miembros de la familia pasaron a jugar a la suya para sacar el mayor provecho acudiendo a los medios y que, una vez que su madre la nombró heredera universal, todos se volvieron en su contra y apoyaron a Antonio David.

Esa es su teoría.

Las declaraciones que más han sorprendido con respecto al fallecimiento de su madre han tenido que ver con el reencuentro que tuvo con su hija Rocío Flores, que por entonces tenía nueve años.

Hay que decir que con estas declaraciones da la impresión de que, más allá de que sean ciertas y que con ellas quiera atacar de fondo a Antonio David, cierra completamente las puertas a la reconcilación con una hija de la que no disfruta prácticamente desde hace una década.

Así, sobre el reencuentro con sus hijos, comenta que David la abrazó y besó mientras le decía «mamá, no llores».

Diferente lo que cuenta sobre Rocío: «Nada más llegar, se sentó en esas escaleras de tres peldaños, el niño estaba encima de mí todavía, se quedó mirándome y me dijo: ‘¿Mamá, ahora qué va a pasar con las casas de Miami?».

Es el momento en el que, según confiesa, deja de luchar por su hija. Ella con nueve años y Rocío hablando de ella en los siguientes términos:

«En ese momento supe que todo había cambiado. Supe que esa semilla del mal, que yo siempre he dicho que habían implantado en ella, había terminado germinando y estaba floreciendo».

Muy duro. Difícil de defender. Difícil de explicar. Suponemos que lo peor de todos seguirá saliendo. El miércoles que viene, más.

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