Lost y otras series con «exceso de guion»

Lost

'Perdidos' (' Lost ' en su versión original) es a la vez la mejor serie y la peor de la historia. Es la que más ha enganchado y la que más ha sido odiada. Y lo peor, es que es justo que genere estos sentimientos contrapuestos. La serie es maravillosa hasta que JJ Abrams permite que la escotilla se abra demasiado. A partir de ahí, los guionistas comienzan a primar los gustos del público sobre una historia coherente, lo que desemboca en un final de serie a la altura tan sólo de el de 'Los Serrano’.

La trama de fondo, la banda sonora, la producción, la fotografía, la dirección… todo es maravilloso en ‘Perdidos’. Además, fue la primera serie que generó el 'fenómeno fan'. La primera que unió al planeta frente a pantallas de televisores y ordenadores.

Sin embargo, y por eso la critico, lo adictivo superó a lo talentoso. La incertidumbre que creaba cada final de episodio fue su gran aval. Pero, al final, ¿qué?. No había nada. Crearon un dragón de circo vacío. Estremecedor por fuera, pero sin fuego por dentro. Decenas de tramas y de personajes entremezclados creando una ilusión que acabó en un decepcionante final vacío.

David Lindelof, el guionista de 'Lost', dijo este año en la persentación de 'The Leftovers' que "no tengo que pedir perdón por el final de Perdidos". Por supuesto que no, Damon. Por su puesto que no. Pero eso no quiere decir que no fuera facilón y para salir del paso. Quizás el título de la serie era un guiño a lo perdidos que se encontraron con el guion. Por supuesto, sólo es mi opinión, algunos pensaréis que 'Lost' es la mejor serie de la historia, y no os faltará razón.

Westworld

'Westworld' era una de las series más esperadas de 2016. No digo que decepcionara, pero no logró llenar las expectativas que había puestas sobre ella. Una superproducción de tal calado de HBO pretendía estar a la altura de 'Juego de Tronos', pero se quedó lejos. Cuenta con una premisa de inicio genial, la de un mundo del Oeste lleno de robots al que acuden los humanos a desfogarse y pasar las vacaciones tirando tiros y haciendo todas las fechorías imaginables. Sin embargo, los robots comienzan a tener consciencia y las cosas comienzan a complicarse.

El reparto de la primera temporada está liderado por las superestrellas Anthony Hopkins y Ed Harris y acompañado por los magníficos Evan Rachel Wood, Thandie Newton, JHames Marsden y Jeffrey Wright.

Aunque los creadores sean Jonathan Nolan y Lisa Joy, a 'Westworld' se le ve la influencia del productor JJ Abrams de lejos. Ese misterioso laberinto recuerda demasiado a 'Lost'. Viendo la serie (que disfruté a ratos) me preguntaba por qué los autores habían malgastado tanto metraje con actores maravillosos y unos efectos, una escenografía y una fotografía descomunales. Por qué los autores insistían una y otra vez en aburrirnos con diálogos pedantes y filosóficos de bajo nivel.

Y me lo pregunté aún más tras el magnífico final de temporada. La idea es genial, la historia es muy buena, pero los diálogos no están a la altura. Son de segunda categoría porque pretenden darle un toque magistral y no lo consiguen. La pedantería se impone. Una pena.

Taboo

La primera temporada de la serie de la BBC 'Taboo' cuenta la historia de James Delaney (Tom Hardy) , un hombre que vuelve a Londres justo cuando su padre muere tras pasar varios años en África. Se trata de un ser atormentado, con fantasmas, que tiene un plan trazado a la perfección para burlar a la Corona inglesa y conseguir lo que se propone.

Más allá de las geniales actuaciones de Tom Hardy, Oona Chaplin, Michael Kelly o Jonathan Pryce y de la gran recreación de la Londres de principios del XIX la serie no termina de arrancar por su exceso de negatividad. El guión, en el que participa Hardy, mezcla una historia de venganza de época con un drama sobrenatural desproporcionado con incesto telepático incluido.

Pero, más allá de la historia, a 'Taboo' le falla el ritmo, sobre todo en los primeros capítulos. La negatividad del personaje de Hardy se apodera del resto y convierte a la serie en un drama a ratos más digno de algún retorcido director nórdico (de los aburridos) que de una producción de la BBC.

Aún así, he de decir que disfruté de los últimos capítulos y, si los guionistas se deciden por quitarle paranoias a James Delaney y a meter más acción, la segunda temporada puede merecer la pena. Mimbres tiene para ello, empezando por el que para mi es el gran actor del momento, el sublime Tom Hardy.

Mr. Robot

La premisa de la serie ‘Mr. Robot’ es magnífica: piratas informáticos que utilizan sus habilidades para ajusticiar a los ricos y poderosos al estilo Robin Hood del siglo XXI. El problema, como ocurre con el resto de series que estamos comentando, no es la idea original, que es magnífica, y a ratos se desarrolla con maestría, sino las idas de olla de los guionistas, que acaban convirtiendo un producto potable en algo difícil de digerir.

Los protagonistas son unos programadores superdotados que caen en errores infantiles. La serie aspira a más de lo que es, y ese es su fallo. No quiero decir con esto que no sea un producto consumible. La primera temporada la disfruté, sobre todo con su capítulo inicial y con su final.

Alias

El primer capítulo de ‘Alias’, la segunda creación de JJ Abrams tras ‘Felicity’, es una auténtica maravilla. La idea de una agente doble que trabaja a la vez para la CIA y para el SD-6 , una organización criminal financiada con dinero negro, funciona como un reloj suizo hasta que el mundo sobrenatural se cuela en los guiones. Entonces, la serie pasa de ser un producto policiaco de alto nivel a un revuelto poco creíble.

El problema lo crea Abrams incluyendo en la trama la historia de Milo Rambaldi, un inventor del siglo XV que dejó para la posteridad una serie de invenciones que los gobiernos y los grupos terroristas quieren conseguir. Esto convierte a ‘Alias’ en una serie de ciencia ficción innecesariamente. Y digo innecesariamente porque el guion se le va de las manos y no funciona en las últimas temporadas.