España necesitará invertir 3.000 millones de euros en señales y adaptar la legislación para el coche autónomo

Los coches autónomos serán habituales en las carreteras a lo largo de la próxima década, según el consenso de los fabricantes

U. Mezcua

Los coches autónomos serán habituales en las carreteras a lo largo de la próxima década, según el consenso de los fabricantes. Su llegada será paulatina, mediante la consecución de 5 etapas que desembocarán en la comercialización de vehículos sin volante ni pedales en torno a 2030. Mucho antes, a principios de la década de 2020, abundarán los modelos de nivel 3, que permitirán al conductor apartar la vista de la carretera en determinadas condiciones.

El nuevo Audi A8, que se comercializará este octubre, ya será capaz de desenvolverse sin ayuda humana hasta 60 km por hora en autovías. Una característica que, de momento, no podrá utilizarse en España, ya que el Código de Circulación obliga a mantener sujeto el volante. Tampoco lo permiten, por ahora, las infraestructuras. Según Bosch, compañía que está desarrollando «robotaxis» autónomos que comercializará en 2021, en nuestro país hace falta una inversión de 3.000 millones de euros para poner a punto la señalización.

«La mayor parte se irá en pintar las líneas y adecuar las señales para que los sensores del coche las puedan reconocer», explica Lorenzo Jiménez, portavoz de la compañía. Según Jiménez, será menos importante que dichas señales sean capaces de comunicarse con el vehículo que el que éstas estén en buenas condiciones para que los sensores del coche puedan reconocerlas.

Por otro lado, desde la compañía alemana también aseguran que aún deben realizarse avances técnicos para perfeccionar la precisión de los mapas, que ahora pueden contener errores de varios metros. «Estamos trabajando en un mapa que sea capaz de utilizar las señales del radar del vehículo autónomo para localizar los objetos cercanos con una precisión de centímetros», asegura Jiménez.

Ayer, el Gobierno alemán aprobó el primer código ético relacionado con la conducción autónoma, en el que establece que la protección de las personas está por encima del resto de cosas y que en caso de accidente inevitable no se fijen preferencias por edad, sexo y constitución física o mental, entre otros puntos.

Así, el documento elaborado por un Comité de Ética, compuesto por 14 expertos, del Ministerio Federal de Transportes e Infraestructuras Digitales de Alemania (BMVI) estipula que la conducción autónoma siempre será preferible si causa menos accidentes que la humana, además de que debe estar «claramente» definido si a los mandos del coche se encuentra un conductor o un ordenador.

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