El diésel gana la batalla en los vehículos de ocasión

Los coches de combustión han alcanzado unos increíbles niveles de eficiencia, pero por su naturaleza siguen generando emisiones contaminantes y de efecto invernadero

A. Noguerol

Los combustibles fósiles tienen una excelente relación entre la energía que pueden proporcionar y la masa y volumen que ocupan: tienen mucha densidad energética y permiten almacenar mucha energía en un espacio reducido y ligero . Ese ha sido uno de los principales motivos por los que ha triunfado durante más de un siglo como fuente de alimentación de los sistemas de propulsión del transporte, donde un vehículo tiene que optimizar el peso y el espacio.

Pese a la «guerra al diésel» emprendida por alguna administraciones, los vehículos movidos por gasóleo se resisten a desaparecer , especialmente en el mercado de segunda mano, donde el 59,5% de las ventas de vehículos de ocasión registradas hasta mayo en España correspondieron a turismos propulsados por motores diésel , frente al 38,3% de turismos de gasolina,según datos de Ideauto para la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM) .

De esta forma, aunque los diésel cayeron un 35,8% hasta mayo, situándose en las 365.363 unidades, continúan siendo la fuente de energía más representativa de este mercado en términos de volumen. Los usados de gasolina, por su parte, con un descenso del 27,9%, registraron un total de 235.553 unidades vendidas en lo que llevamos de año.

Curiosamente, al compararlos con las preferencias de los compradores de vehículos nuevos, los datos muestran la tendencia contraria. De hecho, el 54,4% de los turismos matriculados hasta mayo correspondieron a motores gasolina, mientras que apenas el 27,8% correspondieron a diésel.

La patronal de la distribución atribuye el protagonismo del diésel en el mercado de usados a una cuestión de oferta. «En el mercado de ocasión se vende lo que hay. Como consecuencia de la demonización que ha sufrido el diésel, la inversión en un coche nuevo se orientaba hacia los motores de gasolina, por el miedo a que prohibieran utilizar un motor de gasoil ; y en paralelo, como consecuencia de esta desinformación y esta pérdida de interés de los conductores, el mercado de usados ha ido acumulando stock de diésel al que, para dar salida, ha habido que desposicionar en precio», según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche.

Las ventas de usados eléctricos crece un 26% Por último, al analizar las ventas por fuentes de energía alternativas , las cifras evidencian que los usados eléctricos se van abriendo hueco en un contexto marcado por la transición hacia la movilidad cero emisiones. De esta forma, impulsaron sus ventas un 26% y, aunque es cierto que todavía apenas representa el 0,2% del total, registraron 1.269 operaciones hasta mayo.

Los híbridos de ocasión, por su parte, también van ganando protagonismo. De hecho, los coches de propulsión mixta con sistema eléctrico y de gasolina, con un total de 8.751 unidades vendidas hasta mayo, registraron una subida del 17,6% en lo que llevamos de año.

Los coches de combustión han alcanzado unos increíbles niveles de eficiencia , pero por su naturaleza siguen emitiendo. Un combustible, cualquiera que sea su origen, es una sustancia que, al reaccionar con el oxígeno (normalmente el del aire) da lugar a otras sustancias (gases y partículas de la combustión) y energía térmica.

De dónde vienen la gasolina y el gasóleo

La gasolina es uno de los derivados más importantes del petróleo, una mezcla de hidrocarburos (moléculas de carbono e hidrógeno) que se origina con la descomposición de organismos vegetales y animales, acumulados en el fondo del mar y lagos, sepultados bajo altas presiones y altas temperaturas durante millones de años.

El petróleo crudo es extraído y aquel que no es llevado a los buques para su exportación es conducido a las refinerías , donde los tipos de hidrocarburos que lo componen son separados para luego ser aprovechados. La gasolina es formada con el petróleo refinado, utilizado principalmente como combustible, es esencial para la red mundial de transporte, el combustible primario que hace funcionar los motores de combustión interna que mueven la mayoría de los automóviles y otros sistemas de transporte.

Para que se pueda obtener lo que hoy es la gasolina previamente hay que calentar el petróleo. A medida que sube la temperatura , los compuestos con menos átomos de carbono en sus moléculas (y que son gaseosos) se desprenden fácilmente; después los compuestos líquidos se vaporizan y también se separan, y así, sucesivamente hasta obtener las diferentes secciones . Esto se realiza en una torre de destilación, la parte clave de la refinería. Cuando el crudo está dentro, se calienta hasta alcanzar los 400 °C y hace que los vapores suban a través de las diferentes secciones, donde las sustancias se van condensando en función de sus características.

Los primeros vapores que se licuan son los del gasoil pesado , a 300º C aproximadamente, después el gasóleo ligero a 200º C; a continuación, la kerosina a 175º C, la nafta y por último, la gasolina y los gases combustibles que salen de la torre de fraccionamiento todavía en forma de vapor a 100º C. Esta última fracción se envía a otra torre de destilación, donde se separan los gases de la gasolina.

Los procesos de refino del petróleo se han desarrollado en respuesta a las cambiantes demandas del mercado para ciertos productos. Con la llegada del motor de combustión interna la tarea principal de las refinerías se convirtió en la producción de gasolina, pero las cantidades disponibles de la destilación eran insuficientes para satisfacer la demanda de los consumidores. Las refinerías comenzaron a buscar maneras de producir más gasolina y de mejor calidad y para ello desarrollaron los procesos de refinación del petróleo de dos formas: romper grandes moléculas de hidrocarburos pesados y remodelación o reconstrucción de las moléculas de hidrocarburos.

Una vez que sale de la refinería, la gasolina se transporta a los depósitos al transcurrir un período obligatorio de almacenamiento, el combustible es transportado a las estaciones de servicio y posterior a esto es vendida a los usuarios. La gasolina es esencial para la red mundial de transporte, sirviendo como combustible primario que hace funcionar los motores de combustión interna que mueven la mayoría de los automóviles y otros sistemas de transporte como trenes, barcos, fábricas industriales.

Destilación

El gasóleo (también llamado diésel por el tipo de motor en el que se utiliza como combustible) es un hidrocarburo que se consigue mediante un proceso de destilación del petróleo . Para ello se utiliza la «torre de crackeo» donde se introduce el petróleo crudo y se calienta. El vapor se condensa y el residuo se utiliza para grasas, aceites pesados y fibras textiles. Después, el vapor condensado vuelve a calentarse y de esa segunda destilación se obtiene fuel oil. Si se vuelve a destilar, se obtiene gasóleo, con otra destilación más se obtiene queroseno, con la siguiente se obtiene gasolina, y si se destila la gasolina se obtiene nafta.

Cada proceso de destilación proporciona un hidrocarburo más ligero que su antecesor y el residuo que se va dejando se utiliza para diferentes cosas, desde fibras textiles y aceites pesados, hasta medicamentos. Luego, cada uno de los destilados es purificado y se le agregan aditivos para hacerlos más eficientes, menos contaminantes y más estables químicamente.

En el mercado, podemos encontrar tres tipos de gasóleos. El gasóleo A, indicado para los vehículos de automoción . El gasóleo B, utilizado en maquinaria agrícola, embarcaciones y vehículos autorizados. Y el gasóleo C, destinado a calderas de calefacción, ya que contiene un elevado nivel de parafina que aporta un alto nivel calorífico.

Como corresponde a su mayor número de carbonos, el diésel es más pesado que la gasolina y evapora mucho más lentamente, pero tiene mucho más poder calorífico. Debido a ese mayor poder energético y a un mejor proceso de combustión, el diésel es un 30% más eficiente que la misma cantidad de gasolina. Aunque hay que tener en cuenta también que es necesario un 25% más de petróleo para hacer el diésel, así que si nos fijamos eficiencia de un combustible basándonos en los «equivalentes de petróleo», un motor diésel nos permitiría hacer un 20% de kilometraje más que uno de gasolina.

Las diferencias entre ambos tipos de combustible no acaban aquí, hay que tener muy en cuenta también las consecuencias medioambientales de cada uno de ellos. La gasolina produce una mayor cantidad de dióxido de carbono (CO2), ya que hay que quemar más cantidad para obtener el mismo resultado que con el diésel, con lo que contribuye más al efecto invernadero, mientras que el diésel produce más cantidad de óxidos de nitrógeno y hollín, que por otro lado pueden ser causantes de lluvia ácida y el «smog» , o bruma fotoquímica, que se puede ver en las proximidades de grandes centros urbanos.

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