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Probamos el Stelvio, un SUV con auténtico ADN Alfa Romeo

Elegante, potente y deportivo, se conduce y se disfruta como un coche más pequeño pero ofrece espacio y confort para cinco ocupantes

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Parecía un imposible, pero hay un SUV que se conduce como una berlina y se disfruta como un deportivo. Se trata del Alfa Romeo Stelvio, un refinado todocamino que ofrece lo mejor de los tres mundos sin los sacrificios a los que suelen este tipo de vehículos, habitualmente demasiado pesados y voluminosos para garantizar una satisfactoria experiencia de conducción a quienes quieran algo más que confort y un acceso cómodo al habitáculo.

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Ninguna de esas dos características se pierden en el Stelvio, un coche equilibrado y con una estética exterior adaptada a la nueva línea de Alfa Romeo, estrenada con el Giulia, y un interior que solo se diferencia de su berlina hermana en que se ha mejorado todavía más el lujo de los materiales, y que, en su versión automática, también incluye las vistosas levas en el volante de tipo Ferrari.

Madera y cuero imperan por doquier en este coche con el que Alfa ha buscado con éxito competir con el resto de SUV «premium» del mercado, a los que puede mirar a los ojos sin despeinarse. El tacto de los materiales y su calidad percibida es impecable, como también su conducción, al menos en la unidad probada, propulsada por un motor diésel de 2010 caballos.

El Stelvio hereda la dirección directa y precisa de los nuevos Alfa Romeo, y sus tres modos de conducción, DNA, han sido refinados al máximo. El modo Dynamic en especial ofrece las sensaciones de un verdadero coche deportivo. Al seleccionarlo, el coche, que en la opcion Normal defrauda algo por su contenido empuje, cambia y se vuelve una auténtica bestia que invita a conducir durante kilómetros.

Lo hacemos, y nos damos cuenta de que responde bien tanto en carretera como fuera de ella. La suspensión es un poco dura para lo que es habitual en un SUV —aunque algo lógico por su ambición deportiva—, y la tracción inteligente 4x4, que actúa sobre el eje trasero cuando pierde tracción delante, así como el asistente de bajada, garantizan una cabina sin apenas balanceos y una conducción sin sobresaltos allí donde la carretera pierde su honroso nombre.

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No le falta tampoco tecnología a este Stelvio, presentado el pasado mes de mayo y ya a la venta en los concesionarios españoles. No solo ofrece control de crucero adaptativo y avisador de cambio involuntario de carril, sino también detalles como el calefactado de los espejos retrovisores o el ajuste eléctrico de los asientos, que pueden memorizar hasta tres posiciones.

Está disponible en cuatro niveles de equipamiento, Stelvio, Super, Speciale y First Edition. Todos ellos ofrecen un sistema multimedia con pantalla de 8,8 pulgadas y otra de 7” para el cuadro de instrumentos.

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La primera ofrece una gran calidad de visionado y permite la conectividad con teléfonos Android e iOs, y también es el punto de acceso para un GPS que, si bien funciona de una manera algo diferente a la de la mayoría de vehículos —las direcciones se eligen mediante una rueda situada en la consola central del vehículo, desde la que también se gestionan todas las funciones de entretenimiento—. También es donde se proyecta la imagen de la cámara trasera, dónde sí encontramos una crítica: ésta es demasiado pequeña y de mejorable calidad, algo inexplicable porque la pantalla parece ofrecer espacio suficiente para mejorarlo. Un detalle, sin embargo, que no ensombrece a un gran coche, con el que Alfa parece haber logrado la cuadratura del círculo: un SUV que no parece un SUV.

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