PRUEBA

Porsche 911 Carrera 4S Cabrio: especie en extinción

Probamos a fondo la que probablemente sea la última generación del mítico 911 con un motor 100% de gasolina

Rubén Fidalgo

Es probable que ésta sea la última generación del Porsche 911 tal y como la conocemos. Ya hemos vivido la extinción de los motores atmosféricos y es probable que la siguiente sea como mínimo híbrida o incluso 100% eléctrica , ya sea con baterías o con pila de hidrógeno. Tampoco son buenos tiempos para los descapotables, así que esta prueba del Porsche 911 Carrera 4S Cabrio es una oportunidad única de examinar una especie en extinción.

Para muchos aficionados a los coches deportivos, los 911 descapotables son un sacrilegio, encuentran más atractivo en los coupés, de los que dicen que su conducción es más precisa y emocionante. Yo, aunque sólo sea por llevar la contraria, no estoy de acuerdo en absoluto. Puede que sean algo menos precisos debido a la menor rigidez del chasis, pero su conducción puede ser mucho más emocionante. Es más, teniendo en cuenta los límites de velocidad y el celo puesto en su control, ir descapotado en un Porsche 911 Carrera 4S de 450 CV, acelerar en un adelantamiento y viajar a 120 km/h es mucho más emocionante y divertido que en un coupé en el que parece que vamos parados.

Estéticamente también hay ventajas. Con la capota cerrada la silueta del Cabrio no desmerece demasiado del cerrado y, además, tenemos otro coche distinto con sólo pulsar un botón y esperar apenas 10 segundos a que se transforme en un cabrio.

911: concepto del S-XX, tecnología del S-XXI

Como no podía ser de otra manera, la última generación del Porsche 911 es la que posee la tecnología más avanzada y, después de más de medio siglo evolucionando, la más perfecta. Bajo la denominación 992 se esconde la última evolución del Porsche 911 , equipada con lo último en tecnología, tanto en su mecánica como en su equipamiento.

El motor de 6 cilindros opuestos cuenta con un sistema de sobrealimentación que permite que la cifra de potencia llegue hasta los 450 CV , que son casi 50 CV más de lo que daba el mítico 993 turbo, así que sus prestaciones son brutales, con unas aceleraciones que te pegan la nuca al asiento.

La caja de cambios automática carece de una palanca tradicional, y es que con semejante aceleración no hay tiempo de soltar el volante y llevar las manos hasta la palanca, apenas lo hay para usar las levas, así que en su lugar hay un pequeño mando que sirve para insertar la marcha atrás, el neutro y la directa.

Las suspensiones cuentan con amortiguadores de dureza variable mediante un sistema electromagnético y el eje trasero cuenta con un sistema de dirección que mejora mucho su agilidad y facilita la conducción, ya que ayuda a contrarrestar ese comportamiento subvirador que tienen los 911 y que rápidamente se convierte en sobrevirador y hace tan delicada la conducción a alta velocidad de este modelo con esta distribución de pesos tan descompensada por el motor trasero.

Faros matrix led adaptativos, aerodinámica activa, sensores por todas partes, asistentes de conducción avanzados (ADAS) que nos mantienen en el carril, que frenan si detectan riesgo de impacto por alcance, sensores de ángulo muerto… Quien te ha visto y quien te ve, el 911 ha pasado de ser una especie de Escarabajo ''ciclado'' a ser una nave repleta de electrónica.

En materia de conectividad, Porsche también ha sabido adaptar su clásico a los tiempos y a través de la aplicación de Porsche se pueden cargar rutas del móvil al navegador directamente, geolocalizar el coche, saber cuál ha sido su último recorrido, conocer su plazo de mantenimiento… todo a través del smartphone o de la pantalla táctil enorme que se ha integrado en la consola central.

Porsche 911 2020: un interior actual, pero...

Toda esta tecnología se ha integrado en un interior que, manteniendo el estilo clásico, deja espacio para un arsenal de pantallas digitales que muestran toda clase de información. Ahora bien, el cuadro de instrumentos tiene varios cuadrantes que quedan completamente ocultos detrás del volante, como puedes ver en la galería fotográfica. ¿De qué sirve tanta información si no la vemos?

Otro detalle que desmerece un poco es el de los materiales empleados. Todo tiene buen aspecto y los plásticos son de calidad y están bien ajustados, pero cuando te sientas en él no parece que estés en un coche de más de 160.000 euros sin extras (la unidad probada añade un buen puñado de euros a la factura a base de opciones como las llantas y otros elementos). El cuero de los asientos, el salpicadero repleto de plástico «negro piano», los paneles de puerta… son algo pobres para un coche de este precio. Incluso te encuentras con algunos grillos y crujidos en piezas como las que cubren los altavoces de las puertas, indigno de un Porsche.

Los asientos tienen unas formas que recogen muy bien el cuerpo y multitud de reglajes, tanto en ellos como en la columna de dirección, que permiten que ajustemos el puesto de conducción a nosotros como un guante , algo básico para disfrutar a los mandos de cualquier coche, pero sobre todo de un deportivo.

Las plazas traseras existen y se pueden utilizar para salir del paso, pero básicamente sirven sólo para poner una silla infantil, en cuanto la persona que vaya en ellas tenga que encajar las piernas contra el respaldo delantero, irá incómodo. También el respaldo es muy vertical, ya que debe dejar espacio detrás de él para el mecanismo de la capota, que es completamente automático.

El maletero delantero es más espacioso de lo que parece. En él nos caben dos maletas de cabina perfectamente ya que tiene más fondo de lo que podamos pensar a simple vista.

Lo más impresionante es el ajuste y la calidad de la capota. Con ella cerrada casi parece que vamos a bordo de un coupé. El tapizado interior cubre por completo el mecanismo de la capota y el aislamiento acústico y térmico es impresionante.

A la hora de conducir descapotado, con las ventanillas bajadas empezamos a notar un huracán en cuanto superamos los 100 km/h, pero, si subimos las ventanillas y desplegamos el cortavientos, sorprende cómo desaparecen las turbulencias y podemos circular a los máximos legales con un confort excepcional y al aire libre.

911 Carrera 4S Cabrio: su verdadera razón de ser

La decepción que sentimos al acomodarnos en el interior de este 911 y ver que estamos rodeados de plásticos desaparece en cuanto giramos la llave y se pone en marcha el portento mecánico que llevamos en la espalda.

El sonido es muy característico y, aunque poderoso es discreto, pero lo mejor empieza en cuanto insertamos una marcha y empezamos a movernos. Gracias a la caja de cambios automática y al sistema de dirección a las 4 ruedas , este coche de casi 2 metros de ancho maniobra en espacios ridículos y te encuentras moviéndote en el tráfico urbano con más agilidad que en un utilitario, con un radio de giro mínimo. Eso sí, hay que tener en cuenta que la trasera es más ancha que la delantera para evitar sustos con ''las columnas móviles''.

Capotado la visibilidad no es muy buena, pero tenemos un buen sistema de alerta de ángulo muerto y de tráfico cruzado que nos avisa de si hay vehículos en los ¾ traseros. Descapotado es otra cosa, una gozada llena de luz y sensaciones.

En carretera la dirección total proporciona una agilidad pasmosa y la tracción total una motricidad brutal que nos catapulta de una curva a la siguiente transmitiendo al asfalto los 450 CV sin que se desperdicie ninguno.

Los frenos son muy buenos , pero esta bestia acelera tanto que llegamos al siguiente giro a mucha más velocidad de la que pensamos, así que ojo, porque aunque son maravillosos, no son infinitos y el Porsche 911 Carrera 4S Cabrio pesa casi 2 toneladas en orden de marcha y detener toda esa inercia cuesta mucho esfuerzo.

En autopista y curvas rápidas se siente mucho más aplomado y seguro que ningún otro 911 anterior. Esa desconfianza que generaba el sentir el pesado péndulo por detrás de nosotros ha desaparecido casi por completo y es muy fácil de conducir . Ha perdido algo de emoción, pero a cambio es mucho más seguro y apto para todos los públicos.

Es una auténtica gozada descapotarlo y perderse por una carretera secundaria con él. No es necesario superar los límites legales para que notemos como se nos erizan los pelos, basta con escuchar el eco de los escapes contra los taludes, el viento en la nuca (sí, en un cabrio el viento te da en la nuca, no en la cara) y las fantásticas aceleraciones que proporciona el motor sobrealimentado.

En cuanto a los consumos de este Porsche 911 , bueno, depende mucho del uso que hagamos y del acelerador. Si desplegamos toda la caballería podemos ver cifras que asustan, pero a los máximos legales y en un uso normal, los consumos medidos durante la prueba han sido:

• Urbano: 12,8 l/100 km

• Carretera: 8,4 l/100 km

• Autopista: 10 l/100 km

En resumen, el Porsche 911 Carrera 4S Cabrio es un capricho que proporciona muchas satisfacciones a sus mandos y que puede ser mucho más divertido que un coupé sin necesidad de superar los límites legales.

Nuestra Valoración

7,5

Diseño:

9

Interior:

6

Motor:

8

Equipamiento:

6

Comportamiento:

8

Consumo:

8

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