BMW i3s 2019: eléctrico, perfecto para la ciudad y con extra de «chispa»

El veterano eléctrico bávaro, ahora con una batería de 120 Ah y 42,2 kilovatios hora (kWh), se mantiene al pie del cañón, con un diseño futurista que no envejece y buenas cotas de habitabilidad para sus dimensiones

U. Mezcua

En 2013, hace ya seis largos años, BMW se lanzaba al entonces casi inexplorado mercado de los vehículos con el i3. Su primer modelo de producción en serie apostaba por una estética futurista , muy diferenciada del resto de la gama, por la que parece que no pasan los años, a tenor del incremento sostenido en sus ventas.

Por ello, la gran novedad del modelo no es un cambio en el exterior, que prácticamente permanece inalterado, sino en sus tripas. El i3 y su versión deportiva i3s equipan desde noviembre del año pasado una nueva batería de 120 Ah y 42,2 kilovatios hora (kWh) . Un alza notable frente a los 94Ah de la versión precedente (la originaria ofrecía 60 Ah y 22,6 kWh), que permite mantener la autonomía en el entorno de los 300 kilómetros -BMW la enmarca entre los 285 y los 310- pese a la llegada de las nuevas y exigentes pruebas de homologación WLTP.

La batería puede cargarse hasta un 80 por ciento de su capacidad en unas 15 horas, en un schuko doméstico con una potencia de 2,4 kW. En un wallbox dedicado, a 11kW, el tiempo se reduce hasta las 3,2 horas; mientras que en un punto de carga rápida de 50 kW (no admite por encima de esa potencia, pero tampoco abundan aún los puntos preparados para ello) bastan 42 minutos para «repostar» hasta el 80%.

Aunque la batería ocupa lo mismo que en las versiones precedentes, una mejor gestión energética y un diseño más afinado de las celdas permite incrementar el tiempo que podemos permanecer alejados del enchufe, algo clave también tras la desaparición de la gama de la versión REX con autonomía extendida.

Durante nuestra prueba, con gran parte de recorrido extraurbano -donde los eléctricos, y en especial el i3s, se ven penalizados por razones que explicaremos más adelante- nos ha parecido posible alcanzar los 250 kilómetros de autonomía. Eso aunque la prueba se realizó durante unos días muy fríos, lo que supone un reto añadido para los coches eléctricos. Eso sí, también abusamos, por nuestra parte, del modo EcoPro+ (cuenta con modos Sport, Comfort, EcoPro, que limita la velocidad a 130 km/h, y EcoPro+), que limita la velocidad a 90 km/hora -si bien puede desactivarse si se pisa el pedal con insistencia- y reduce la respuesta del acelerador. Además, también desconecta la climatización.

Poco o nada ha cambiado en la dinámica, según hemos podido certificar tras una semana a los mandos de la versión deportiva, la mencionada i3s. Fundamentalmente se diferencia del i3 en una respuesta ligeramente más dura y una suspensión algo más seca. También hay diferencias, por supuesto, en el motor: el i3 rinde 170CV, frente a los 184 del i3s . A cambio, la autonomía disminuye ligeramente. También varía el precio: desde 39.900 euros, frente a 43.650 de la alternativa más prestacional.

Nuestra unidad, además, equipaba llantas de 19 pulgadas, lo que afecta también ligeramente al confort de marcha. Por cierto que se mantienen las peculiares dimensiones del calzado del i3, llamativamente estrecho, para mejorar la eficiencia y minimizar la resistencia aerodinámica. En marcha, estas particulares dimensiones (155/70 R19, es posible, opcionalmente, alternar entre neumáticos de tamaño mixto) no han supuesto en ningún momento una pérdida de prestaciones , pese a que el firme durante la prueba, a mediados de noviembre, se mantuvo durante buena parte del tiempo frío y húmedo.

El modelo mantiene su elevada eficiencia y su buena gestión energética, además de las particuliaridades por las que siempre ha destacado. Especialmente, el « one pedal feeling » o sensación «de pedal único», ya que no permite modular la retención al levantar el pie del acelerador. Esto, solventado en otros modelos eléctricos de la competencia mediante, por ejemplo, levas tras el volante o diferentes modos de recuperación en la consola central, se mantiene inalterado en el i3.

En marcha, eso resulta muy eficiente en ciudad , ya que maximiza la recuperación energética. También es, una vez que el conductor se acostumbra, muy cómodo, puesto que evita tocar el freno en un porcentaje muy alto de las situaciones de conducción (con levantar el pie del acelerador el vehículo decelera tanto que se encienden los pilotos traseros). La gran desventaja, especialmente al salir del territorio urbano, es que resulta muy difícil o casi imposible conducir a vela, lo que en ocasiones también puede suponer un ahorro energético. Además, obliga a llevar el pie sobre el acelerador de continuo, salvo que se lleve activado el control de crucero adaptativo.

Todo esto no es ninguna desventaja en ciudad, el territorio donde mejor se mueve el i3, y donde resulta, simplemente, brillante -quizá no tanto, por exceso, la opción deportiva i3s, al ser ligeramente menos eficiente-. El manejo no puede resultar más sencillo: a las características específicas antes mencionadas se suma la simplicidad de un coche automático , con dos posiciones, avance (D) y retroceso (R) entre las que se puede alternar mediante un grueso brazo anclado a la derecha de la columna de dirección. También destaca la respuesta sobresaliente: basta con pisar el acelerador con decisión para que el i3s salga disparado, lo que resulta muy útil, por ejemplo, al adelantar o al solventar una incorporación delicada.

Dinámicamente, destaca asimismo el óptimo reparto de peso que permite la disposición de la batería a lo largo del piso; así como la dirección, muy precisa y directa , si bien no tan dura como en otros modelos de BMW más enfocados en la deportividad.

En cuanto al habitáculo, cabe remitirnos a pruebas anteriores , porque se mantiene con muy pocos cambios. También permanece el visualizador de infoentretenimiento de 10,25 pulgadas , y el cuadro de instrumentación de 6,5 pulgadas, que quizá se hace algo pequeño, máxime si se tiene en cuenta la evolución del sector hacia pantallas de grandes dimensiones. La tarjeta SIM integrada permite no solo realizar una llamada de emergencia sino también acceder a servicios conectados (incluida la búsqueda de puntos de recarga cercanos) y navegación actualizada en línea que, por cierto, informa muy acertadamente de las condiciones del tráfico.

La gran ventaja del i3 bebe de su diseño específico como coche eléctrico. A pesar de lo contenido de sus dimensiones (4,011), la habitabilidad interior resulta muy buena, óptima para tres pasajeros además del conductor, que viajarán además bastante cómodos. La ausencia de túnel central da no solo un toque futurista sino también ofrece una mayor sensación de espacio. Además, las puertas de apertura inversa - se abren mediante un tirador en las puertas delanteras, que deben abrirse previamente- permiten acceder a las plazas traseras con comodidad, siempre que se vigile el herraje que las ancla al techo para evitar golpearse con la cabeza. A su vez, las banquetas posteriores van ligeramente sobreelevadas, lo que facilita la visibilidad. Y el acabado es muy bueno, pese a contar con piezas ligeras procedentes de materiales reciclados, con un salpicadero rematado en madera, impecable al tacto y a la vista.

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