La vuelta al «tajo» con mascarilla y termómetro: «Si tu temperatura es mayor de 37,5º no entras»

La industria del automóvil se prepara, extremando las precauciones, para un retorno muy gradual a la normalidad

La factoría del grupo PSA en Villaverde (Madrid) ya ha implantado un nuevo protocolo con medidas sanitarias para poder reiniciar la producción Reportaje gráfico: Ángel de Antonio
Unai Mezcua

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Dos cintas cruzadas, amarillas y negras, cubren alternativamente uno de cada dos urinarios de la factoría de PSA Citroën en Villaverde, Madrid. El coronavirus no entiende ni siquiera de intimidades. Por ello, asegurar que en todo momento se cumple la distancia mínima de dos metros es, por ahora, la única fórmula para poder volver al trabajo.

Bajo el umbral de acceso de la planta madrileña, que en sus 68 años de historia ha visto mucho pero nada parecido al Covid-19, el guardia de seguridad se afana en tomar la temperatura a todo aquel que pretende entrar. « Si tienes más de 37,5º no puedo dejarte entrar », explica. La primera toma es buena, pero aun así insiste. La segunda queda cerca del límite. Probablemente, por la calefacción del coche. A la tercera, por suerte, queda satisfecho. El visto bueno, sin embargo, solo permite avanzar dos metros. Los justos para aparcar en un lateral, bajar y firmar tres documentos.

Al entrar al recinto se toma la temperatura mediante un termómetro de infrarrojos

El primero es una declaración de que no tengo síntomas, ni he estado en contacto con nadie contagiado. El segundo, unas instrucciones básicas para la visita. El tercer documento, más prosaico, es una autorización temporal para aparcar. Viene acompañada de un díptico de instrucciones sanitarias, dos mascarillas y un botecito de gel hidroalcohólico . Es también el kit que recibirá cada empleado cuando, en fecha próxima pero aún indeterminada, la fábrica madrileña vuelva a producir el modelo Citroën C4 Cactus.

Cada trabajador desinfectará, cada dos horas, su puesto de trabajo con material proporcionado por la empresa A. de A.

«La seguridad y la salud de los trabajadores es la prioridad», explica David de la Torre . El director de recursos humanos de la planta desgrana que las medidas puestas en marcha por PSA son aún más exigentes que las acordadas, la semana pasada, por las patronales sectoriales Anfac, Faconauto y Sernauto, con los sindicatos Comisiones Obreras y UGT. El protocolo reforzado, acordado a su vez con los representantes sindicales de Villaverde, incluye más de cien acciones, aunque como detalla De la Torre «la limpieza es el elemento fundamental». Cualquier paquete que llegue a la planta, por ejemplo, debe permanecer aislado durante tres horas en una sala específica. Es el tiempo que, calculan los expertos, suele permanecer el virus en las superficies.

En las zonas de paso exteriores la distancia de seguridad de dos metros se ha marcado con pintura blanca A. de A.

Toda la factoría se ha compartimentado en espacios de dos metros, la distancia recomendada para evitar contagios. Sobre el asfalto, en los carriles peatonales, se han tatuado puntos blancos . Los suelos interiores se han marcado con kilómetros de cinta bicolor. También las mesas de reuniones –todas, salvo las imprescindibles, seguirán siendo telemáticas–, las zonas cercanas a las máquinas de snack (cuyas fuentes de agua han sido tapadas) y hasta las áreas de fumadores.

La distancia de seguridad se ha marcado con cinta o pintura. Se ha clausurado el comedor y también las fuentes de agua

El comedor ha sido, por ahora, clausurado. «Sería un potencial foco de contagio en esta primera fase», abunda Víctor Sánchez , médico y director de Prevención de las instalaciones. Además, se aconseja a los empleados llevar desde casa la ropa de trabajo, para evitar hacer uso de los vestuarios.

Una cámara termográfica mide la temperatura corporal de todo el que entra por la entrada peatonal A. de A.

El parque industrial alberga también las oficinas en España y Portugal del grupo PSA (que engloba las marcas Peugeot, Citroën, Opel y DS). En ellas trabaja el grueso de los 2.100 empleados de la instalación. En el acceso, además de «individualizar» los tornos con planchas de metacrilato, el consorcio ha instalado tecnología punta: una cámara termográfica capaz de medir la temperatura de todo el que pasa. Si alguien supera el límite –en nuestro caso, por suerte, nos tenemos que ayudar de un mechero– una escandalosa alarma atrona a todo el área de recepción.

El doctor Víctor Sánchez, responsable de prevención y salud, en el centro médico de la planta A. de A.

Si, pese a todo, algún trabajador se encuentra indispuesto durante la jornada laboral, el centro médico de la planta ha habilitado dos áreas de tratamiento . Además, dispone de una sala de aislamiento específica para potenciales enfermos de Covid-19.

El personal de garita vigila la temperatura de los visitantes A. de A.

Hacerse con los equipos necesarios, reconocen desde la dirección de la planta, no ha sido fácil. « Es un mercado persa », explican. Cuando la situación estalló, PSA hizo una donación de más de 8.000 protecciones y varias decenas de litros de gel hidroalcohólico al Sistema Nacional de Salud. «Por suerte, la central en Francia hizo acopio de material antes de que todo empezara», detallan.

En la nave de montaje las desinfecciones en las áreas de paso son frecuentes A. de A.

La desinfección es constante. Uno de los camiones de bomberos del departamento de bomberos ha sido adaptado para hacer de vehículo de limpieza. Ahora alberga una solución de hipoclorito , con la que dos bomberos de planta, vestidos con Equipos Individuales de Protección (EPI) rocían, una vez al día, los tornos de acceso.

Un camión del departamento de bomberos de la planta se ha adaptado como cuba desinfectante A. de A.

En el interior de la nave de montaje –en cuya entrada se instalará una segunda cámara termográfica–, máquinas barredoras embadurnan el suelo con la misma solución de hipoclorito. Los trabajadores, cuando regresen, serán los responsables de la higiene de su puesto. Para ello, la empresa les surtirá de desinfectante, guantes y bayetas. Cada día, los diez primeros minutos de la jornada se destinarán a ello, y también con ese fin se realizará una pausa cada dos horas . Eso cuando la planta retome la actividad, lo que estará ligado a la fecha en la cual puedan reabrir los concesionarios. También depende de que se consiga recomponer la cadena de proveedores, nacionales e internacionales, que surten a la línea. Suma a unas 350 empresas y su cadencia, como en el resto de fábricas del sector en Europa, quedó abruptamente rota a mediados de marzo por la crisis sanitaria.

Una vez al día se desinfectan los accesos a la fábrica

Respaldo de los sindicatos

Las nuevas medidas en las factorías cuentan con el respaldo de las centrales sindicales, que prometen mantenerse «vigilantes» con su cumplimiento. «Nadie va a arrancar sin las medidas necesarias. A nadie le sorprende y además en el sector estamos acostumbrados a trabajar con protecciones», detalla Agustín Martín , secretario general de industria de Comisiones Obreras. «En la pequeña empresa es donde puede haber más dificultades y ahí pondremos el ojo. Nuestra posicion la hemos dejado muy clara. Donde no se cumplan los equipos no se trabaja».

La planta permanece paralizada a la espera de que la producción se retome cuando abran los concesionarios y se recomponga la cadena de suministro A. de A.

Mientras, en PSA Villaverde también se ha modificado el protocolo de trabajo, lo que ha supuesto un reto añadido en una línea de montaje, un sistema que es, por definición, muy dinámico. En condiciones normales un coche sale cada dos minutos de la línea de montaje, haciendo un total de 225 al día . Cuando la línea vuelva a la vida serán menos. «Se ha marcado cada puesto y el empleado no puede salir de su área», desgrana Sergio Rivas, director de montaje. «Si el coche sale, ya no lo puede recuperar». En ese caso, será el supervisor el que tenga que hacerse cargo de solucionar, en apenas dos minutos, cualquier problema. Si no le basta, la cadena tendrá que parar. «Es mejor eso a que el coche llegue al cliente con un defecto de calidad. El coste entonces sí que sería infinito».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación