Cómo evitar que te estafen al comprar coche de segunda mano

Siempre hay que desconfiar de las «supergangas» y hay que comprobar que la documentación esté en regla

A. Noguerol

Los vehículos de ocasión se han convertido en una oferta atractiva para quienes están pensando en la vuelta a la normalidad una vez que se supere la crisis del Covid19, y no quieran utilizar los medios de transportes públicos por miedo a los contagios.

Con unos dos millones y medio de transferencias de vehículos al año en España, el mercado de ocasión genera un entorno propicio para la proliferación de fraudes y estafas . Aunque uno de los métodos más populares es el conocido como «phishing car» (consistente en simular la venta de un vehículo por internet para recibir el pago por un coche que nunca llegará al comprador), no es el único.

«La recomendación pasa siempre por desconfiar de coches con precios demasiado bajos, no adelantar el dinero, verificar la identidad del vendedor y desconfiar si se encuentra en otro país, así como comprobar las posibles cargas y antecedentes del vehículo solicitando el informe a Tráfico», aconseja Javier Arribas , director de comunicación de la compañía de compraventa de vehículos Ocasiónplus .

En la actualidad aumentan el número de casos de estafas en la transacción de vehículos entre particulares que acaban en los tribunales y pueden suponer incluso penas de cárcel para el vendedor y la pérdida del dinero (y del coche) para el comprador.

Uno de los principales engaños es el del «cuentakilómetros afeitado» y libro de revisiones falso. Aunque el afeitado de kilómetros es una práctica todavía extendida entre particulares, que consiste en rebajar el número real de kilómetros para aumentar el valor del coche , se considera un delito de estafa castigado con penas de hasta seis años de prisión (si el valor de lo estafado supera los 50.000 euros, tres si no alcanza dicha cuantía), además de una sanción económica variable en función de su capacidad económica.

En muchos casos, se suma a este delito, la falsificación del libro de revisiones así como de los sellos de concesionarios (en su mayoría, oficiales de la marca) para simular que el vehículo ha llevado a cabo el mantenimiento correspondiente y acreditar la aparente veracidad del cuentakilómetros. Esto supone un agravante del delito de estafa, lo que conlleva un aumento de la pena antes mencionada.

En el caso del comprador, si no se localiza ningún bien a nombre del vendedor, no recuperará el dinero del vehículo o la eventual pérdida del valor del mismo (la diferencia entre lo pagado y lo que realmente vale). Únicamente recuperará su dinero si quien delinque resulta ser solvente, lo que no suele ocurrir.

Vender vehículos robados

Otra de las estafas, más propia de bandas organizadas, consiste en vender vehículos previamente robados en otros países con una identidad ficticia. Antes de poner a la venta el coche, «fabrican» una identidad al vehículo mediante la falsificación de la documentación y un nuevo troquelado del número de bastidor en el chasis. Ambas manipulaciones únicamente son detectadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado cuando llevan a cabo operaciones contra este tipo de organizaciones criminales, cuyos integrantes suelen ser llevados a juicios por múltiples hechos como este.

Para evitar ser víctimas de este tipo de estafa, nunca se debe comprar un vehículo a un particular sin comprobar previamente sus antecedentes en tráfico o, por el contrario, para el comprador supondrá la pérdida del importe abonado, ya que el contrato de compraventa queda anulado. El vehículo se reintegra a su dueño legítimo y el vendedor suele preocuparse de ser insolvente para no responder de la reparación del daño causado.

La venta del vehículo por quien no es su titular es otro de los riesgos de no conocer al vendedor: caer en una estafa consistente en la venta de un automóvil por parte de quien no es su titular, como es el caso de empresas que pretenden cesar su actividad de manera fraudulenta.

De esta forma, el comprador p uede acabar adquiriendo un vehículo con cargas y acreedores preferentes que se expone a que, una vez abonado el coste del vehículo, tenga que responder por las cargas que pesen sobre el mismo (embargos) y que, en algunos casos, pueden incluso ser superiores al importe del coche.

«Por suerte, existen plataformas que garantizan al comprador la adquisición de su nuevo coche de forma 100% segura, también en el entorno online. La transparencia es la clave para que la compra se realice con total confianza, por eso nosotros publicamos entre 30 y 40 fotos de cada vehículo, así como las matrículas y un informe que se llama Carfax que muestra toda la vida real del coche, así como los mantenimientos», concluye Javier Arribas.

Para que no nos den «gato por liebre» conviene tener en cuenta unas pautas como las que nos ofrecen los especialistas de Autocasión . Como norma general hay que tener en cuenta que «nadie da duros a cuatro pesetas», por lo que es mejor desconfiar cuando nos ofrecen una «ganga».

Si el anuncio que hemos encontrado en internet es de una empresa de compraventa, lo normal es que las fotos de todos sus coches estén hechas en sus instalaciones . Si ves que los vehículos que se anuncian en su portal tienen de fondo unas veces una nave azul, otras una blanca, etc… alerta. Busca incongruencias en sus respuestas. Una mentira siempre se cae por lo mismo: en algún momento nos olvidamos de qué es lo que habíamos dicho antes y nuestro «cuento» pierde el guión. Comprueba los nombres, teléfonos y las direcciones de correo en Internet: hoy en día, si ponemos nuestro nombre en un buscador sale de todo, desde multas de tráfico hasta nuestro expediente académico. Desconfía si no encuentras nada de esa persona o empresa. Intenta contactar por teléfono con el vendedor o comprador. Si no es posible, seguramente sea una estafa. Jamás aceptes cheques como pago. Jamás envíes dinero por adelantado. Ojo con los precios demasiado bajos o si te ofrecen más dinero del que pides en el anuncio.

También estafan a los vendedores

Aunque la mayoría de estafas se orientan a engañar al comprador, también existen algunas en las que el vendedor se convierte en la víctima del delito. La más habitual es una en la que el protagonista pasa a ser un talón falso:

Un propietario pone su coche a la venta en internet y rápidamente aparece un comprador que intenta acelerar la venta de forma urgente de forma presencial. Tras ver el vehículo en persona de forma inmediata un viernes (día clave para llevar a cabo la estafa), el comprador acude a la cita con un talón conformado en el banco con el precio exacto del vehículo y un contrato de compra venta que ambos firman. Después de que el vendedor ingresa el cheque en su cuenta el viernes, el lunes recibe la llamada del banco para informarle de que el talón es «no conforme» y, por lo tanto, no se ejecuta la transferencia.

En este caso, si se puede localizar al comprador , el vendedor puede recuperar el vehículo mientras que el comprador se enfrenta a la pena correspondiente al delito de estafa.

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