Evolución del volante desde la manivela al control total del vehículo

El volante es uno de los elementos del coche más importante ya que supone la prolongación de las características mecánicas del vehículo a la habilidad del ser humano. Además, el volante es la parte del coche que nos hace sentir el control y disfrutar del placer de conducir. La evolución del volante a lo largo de la historia, hasta llegar a la comodidad y multi-funcionalidad que el volante atesora hoy en día, es algo tan imprescindible para la conducción cómo el desarrollo de los motores.

Los primeros volantes de los coches de finales del Siglo XIX, llamados carruajes sin caballos, eran manivelas o palancas fabricadas en madera, que por su aspecto, parecido a los que llevaban las motos de la época, y su forma curva eran denominados «cola de vaca».

En los albores del Siglo XX ya se incluyó en los vehículos el volante circular, una pequeña ruedecilla de madera con radios de metal, a la que se añadía una empuñadura para facilitar el giro del volante. Más que parecerse a los volantes actuales se asemejaban a los controles de la maquinaria agrícola, se manejaban con una mano y ofrecían una gran maniobrabilidad para poder realizar muchos giros sin dificultad.

En la década de los 30 es cuando se empieza a desarrollar el volante tal y como lo conocemos hoy en día, pues se empiezan a incorporar funciones de la conducción directamente al volante. Los primeros «extras» que se incluyen en el volante son el acelerador de mano y el avance de encendido. Un poco más adelante se incorpora al volante la bocina eléctrica en el centro del mismo, sustituyendo a las arcaicas bocinas de aire con forma de pera, y algunas marcas añadirán al volante la palanca de cambios.

En esta época también se empiezan a utilizar metales nobles para el aro del volante, en los modelos más exclusivos, y se populariza el uso de resvestimientos para dotar al volante un mayor confort. Al mismo tiempo, el volante empieza a ser considerado como un elemento decorativo del vehículo, introduciéndose los acabados nacarados o rematando el volante con colores a juego con el tapizado.

Será en los años 50 cuando el volante experimente una mayor evolución por los avances electrónicos de la época. Los fabricantes empezarán a incluir complementos al volante como la palanca para manipular las luces del vehículo y accionar el limpiaparabrisas. En EE.UU. por las características geográficas del país, y sus interminables autopistas, se creará el control de la velocidad crucero, botón que bloqueaba el acelerador y que con los años acabaría evolucionando hasta el control electrónico de la velocidad.

En la década de los 60 se ponen de moda los volantes deportivos, que aportan glamour al vehículo. Se reduce el tamaño tamaño, se añaden los clásicos agujeros circulares en los radios y se incorpora el logotipo del fabricante en el centro del volante. El aro del volante se hace más grueso y deja de fabricarse en madera, ahora se lleva el metal, además empiezan a usarse revestimientos fabricados con materiales sintéticos acolchados para aumentar la comodidad del volante.

Desde entonces la evolución del volante ha ido en la línea de incluir más elementos de control del vehículo, y hoy en día podemos realizar todo tipo de acciones desde los mandos que incluye el volante. Comodidad, seguridad y control han sido las líneas maestras en la evolución del volante desde sus inicios, aquellos en los que no eran más que una simple manivela para girar las ruedas.