¿Por qué se celebran con champán los éxitos en el mundo del motor?

Es una tradición que todo deportista de las dos y las cuatro ruedas celebra pero seguro que muy pocos saben sus orígenes

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La respuesta se remonta al año de 1950 y un Gran Premio en el que por deferencia hacia el ganador se le entrego una botella del vino de la zona, Champagne. Y aunque en aquella ocasión no se derramo se hizo tradición la entrega de una botella al ganador.

Más tarde y siendo ya una tradición el beber de una botella de champán, en 1966 y tras las 24 Horas de Le Mans alguien dejó olvidada la botella al sol y cuando Jo Siffert el ganador la descorchó regó sin querer a todos los que ocupaban el podio.

Y ahí está el origen. Al año siguiente el piloto ganador de las 24 Horas de Le Mans agitó con energía la botella que le correspondía e inició la famosa batalla por bañarse en champán con cada victoria.

Brindar con leche

Bañarse, los que puedan, porque las reglas del circuito prohíben a los menores de 18 años brindar con champán. Así, todos recordamos cómo el campeón Marc Marquez ha estado celebrando durante varios años sus victorias con leche y en los países musulmanes con zumo o cualquier otra bebida a la que, para que tenga una imágen más atractiva y resulte más espectacular, le añaden burbujas.

La botella empleada ha sido hasta el año 2000 una Magnum Moet & Chandon de 1,5 litros, pero a partir de ese año se cambió por una mayor, de 3 litros, de la Jéroboam de GH Mumm Cordon Rogue.

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