¿Habría riesgo de apagón si todos utilizásemos coches eléctricos?

Para muchos se trata de la movilidad del futuro. Para otros tantos una posibilidad más, ya que coexistirán las mecánicas de combustión con las híbridas o las completamente elécticas según las necesidades de movilidad de cada uno de los usuarios.

Pero lo cieto es que cada vez son más los modelos disponibles en el mercado con este tipo de tecnología, gracias sobre todo a que se ha aumentado su autonomía, y a que las prestaciones de un vehículo eléctrico ya son similares e incluso en algunos casos superiores a los de gasolina a los que estamos más acostumbrados.

Si se aumetan las infraestructuras, disminuyen los precios y aumenta la concienciación social, es probable que el coche eléctrico se haga cada vez más habitual, lo que plantea un problema.

¿Será suficiente el actual suministro eléctrico para dar servicio a un gran número de vehículos eléctricos o corremos el riesgo de apagones generalizados debido a un posible déficit energético?

Un ejemplo lo podemos ver en la actualidad en Estados Unidos, donde durante 2013 se vendieron unos 50.000 coches eléctricos. Con estas cifras desde el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste del Departamento de Energía han calculado que la red tiene capacidad suficiente. Es más, podría soportar unos 150 millones de coches eléctricos, es decir, un 75% más de los que actualmente circulan por sus calles.

En principio bien. Pero existe un problema, porque siendo cierto que las centrales eléctricas tienen capacidad suficiente para producir la electricidad necesaria no sucede lo mismo con las redes de distribución. No se puede garantizar que la corriente eléctrica llegue de forma correcta a todos los barrios. Y esto tiene una explicación. Resulta que las ventas de coches eléctricos no se distribuyen de forma equitativa. En California, por ejemplo, cada vez son más frecuentes en Silicon Valley, Long Beach y Santa Mónica, y no son tan corrientes en otras zonas con menos poder económico de sus habitantes.

Si los dueños de estos vehículos instalan circuitos de carga específicos para vehículos eléctricos en cada uno de sus esto equivaldría a añadir una vivienda más a la red por cada uno de esos nuevos puntos de recarga. Y teniendo en cuenta que en estas zonas existen sobre todo viviendas unifamiliares con diez casas por barrio, se duplicaría la demanda eléctrica en la zona y sobre todo se haría necesaria una red de distribución sufiente para soportar el aumento en el consumo de energía eléctrica. Esto quiere decir que la red actual está dimensionada para soportar un consumo eléctrico mucho menor del necesario si todos los coches de uno de estas zonas fuesen eléctricos.

Para analizar la sitación en Europa se ha realizado un estudio que forma aprte del proyecto europeo llamado «DATA SIM» ha simulado las consecuencias de una sustitución masiva de los vehículos convencionales por eléctricos y ha estudiado la repercusión que tendría en la movilidad y las redes de distribución eléctrica. Con ese propósito ha ideado una forma radicalmente nueva de aprovechar la información facilitada por GPS y los datos de ubicación mostrados por GSM.

Hasta ahora los investigadores se habían valido de criterios generales (como las tendencias de empleo en determinada región) para mostrar visualmente los flujos del tráfico. Diversos usuarios de la vía pública llevaban diarios, registraban sus desplazamientos y rellenaban cuestionarios. Esta información, aunque útil, no era del todo fiable puesto que las personas pueden cometer imprecisiones.

Los responsables de este nuevo proyecto han ideado un método «espaciotemporal» que es capaz de predecir lo que sucedería si todos los ciudadanos comenzasen «mañana mismo» a conducir coches eléctricos.

Según explica el coordinador del proyecto, el profesor Davy Janssens de la Universidad de Hasselt (Bélgica) a AlphaGalileo «Se puede comparar, por ejemplo, cuánta gente conduce un vehículo eléctrico, cuánto tiempo y qué distancia recorre con la tecnología actual, por un lado, y la evolución de todo ello a medida que mejore la tecnología, por el otro».

Si se determinan los patrones de conducción y la distancia que probablemente se vaya a recorrer, se podrá calcular la demanda energética y dónde se localizará.

Según Janssens se puede ver «si hay riesgo de déficit energético en determinadas zonas cuando se está cargando cierto número de vehículos». Por ejemplo, si se carga a la vez un número muy elevado de automóviles eléctricos podría existir riesgo de un apagón en el alumbrado de las calles.

Estas y otras respuestas aportarán información de utilidad a las autoridades políticas, sea de cara a reforzar la red en los lugares convenientes o a ajustar las ubicaciones de los puntos de recarga.

Uno de los retos básicos en el ámbito de las energías renovables estriba en su intermitencia, ya que en su producción se registran altibajos. El equipo de DATA SIM estudió también la posibilidad de que los vehículos eléctricos se aprovechen para almacenar la energía excedente generada en los picos de producción y de que ese excedente almacenado en las baterías de los automóviles se pueda devolver a la red cuando convenga (cuando estén estacionados).

Para evitar los «riesgos de apagones» y de saturación de las redes eléctricas será necesario coordinar el uso colectivo de los vehículos «para lograr que el transporte sea más ecológico, mediante distintas estrategias de coches multiusuario, uso compartido de automóviles, recarga y conducción».

«Es la primera vez que se han unido las disciplinas de la minería de datos, la gestión de bases de datos, los sistemas complejos, el transporte, la energía y la informática para hallar soluciones prácticas en interés de la movilidad», apunta Janssens.

Este proyecto, que concluyó en agosto de 2014 después de tres años de trabajo, y ahora seguirá profundizando en sus logros para obtener soluciones nuevas para el sector de la movilidad a través de un uso eficiente de grandes cantidades de datos. Así, los responsables de DATA SIM se plantean constituir dos empresas derivadas que en la actualidad se encuentran en fase de desarrollo.