Las motorizaciones de gasóleo BlueHDi son eficientes. Aportan el mejor sistema de parada y arranque para semáforos del mercado.
Las motorizaciones de gasóleo BlueHDi son eficientes. Aportan el mejor sistema de parada y arranque para semáforos del mercado.

508 SW, funcional y seductor, sobre todo en BlueHDi

El familiar más alto de Peugeot es un modelo con virtudes y pocos 'lunares'. No es barato, pero sí competitivo frente a la competencia, muy amplio, confortable y capaz. Lo probamos con sus motores de gasóleo más enérgicos: los BlueHDi de 150 y 180 CV, éste asociado a un interesante cambio automático

e. cano
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Hace poco, Peugeot practicaba una notable evolución a su modelo portaestandarte, el 508. Hemos analizado sus versiones tope de gama ( GT, de aspecto más deportivo, y Allure, más lujoso) con motores de gasóleo 2.0 BlueHDi, de 150 y 180 CV. Y lo hemos hecho con la versátil carrocería familiar SW, 1.500 euros más cara que su alternativa sedán.

Los cambios de diseño se aprecian, sobre todo, en el frontal, más regio a base de una parrilla más prominente y paragolpes de nuevo cuño que le hacen crecer 38 mm en longitud. Los topes de gama ( GT y Allure) estrenan de serie el efectivo alumbrado Full LED que ya probamos en el compacto 308 (un tanto abrupto cuando apaga el haz de curva), como reflejalmos en estas imágenes; los pilotos traseros también son LED.

Dentro, el salpicadero incorpora, desde el segundo acabado (Active), una pantalla táctil de 7 pulgadas que complementa con instrumentación proyectada frente al conductor Head-Up Display; muestra sobre una pieza plástica escamotable informaciones de conducción y navegación.

En conjunto, el coche, bien equipado (puede llevar hasta climatizador de cuatro ambientes, por citar un ejemplo), trasmite prestancia (más que antes), su puesto de conducción está bien resuelto con indepencia de tallas (con acceso/arranque «inteligente» se activa pulsando un boton a la izquierda del volante) y está, en conjunto, bien hecho. Sin embargo, al tirar de las puertas para cerrarlas o al tocar algunos plásticos se siente menos robusto que los rivales Premium a los que apuntan sus miras comerciales. También hay botones pequeños, como los del sistema de sonido o los agrupados sobre el volante, y con asientos delanteros eléctricos es fácil entrar y acomodarse sobre los botones que memorizan la posición, expuestos al situarse en el borde de las butacas.

Dicho esto, hay que resaltar la espaciosidad interior (hasta para cinco ocupantes) y la buena atmósfera general, o lo generoso de las puertas traseras, largas y cómodas para entrar y salir fácilmente. De paso, el 508 SW despliega un enorme y diáfano maletero con un bajo y accesible plano de carga. No ofrece soluciones «mágicas», pero oculta rueda de repuesto de «galleta» bajo el piso y cuenta con gatillos junto a la ancha boca trasera para abatir los respaldos traseros asimétricos; el portón tiene movimiento eléctrico (desde el puesto de conducción se abre pulsando un botón, aunque no se cierra).

Seguridad por bandera

La nueva generación 508 estrena innovaciones como el control de los ángulos muertos y la cámara de marcha atrás. Por comportamiento y agarre es sano y predecible. Fácil de llevar, prima el confort con reacciones propias de un vehículo de grandes longitud y distancia entre ejes (2,82 mertros). Frena bien, la dirección es adecuada por resistencia y precisión... No vale para ir «de carreras», filosofía para la que no ha sido concebido, pero gratifica por suavidad y dinámica general.

Centrándonos en sus nuevos motores de gasóleo 2.0 BlueHDi Euro6, el de 150 CV/370 Nm se contenta, en teoría, con 105 g/km, aunque en la práctica los 3,9 l/100 km anunciados de promedio pasan a una cota real de 6,7 l/100 km. Por su parte, el 2.0 BlueHDi de 180 CV/400 Nm, 2.400 más caro, se combina como única opción con un cómodo cambio automático de 6 relaciones (las mismas que aporta el de 150 CV, solo con caja manual de tacto correcto), coronado por grandes y accesibles levas de volante. Homologa 4,5 l/100 km y 119 g/km pero, para ser francos, lo habitual será moverse entre 7,5 y 8 l/100 km.

Sus prestaciones son, lógicamente, superiores a las del 150 CV, pero como cabe apreciar en la ficha técnica sobre estas líneas no por mucho. Dicho de otro modo, son motores de buenas capacidad y respuesta para viajar con seguridad, sin prestaciones deportivas pero con buen reprís y suficiencia hasta yendo medianamente cargados. Eso sí, por algún motivo el de 180 CV nos ha parecido más silencioso, un pelín más refinado, aunque básicamente se trate del mismo motor de 4 cilindros con cambios de electrónica y presión de soplado en el turbo.

En realidad, y si nuestra economía lo permite, el último es nuestra recomendación es el BlueHDi porque, sin protagonizar un salto abismal, se aprecia más solvente y, sobre todo, más confortable por su cambio automático.

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