Los fabricantes europeos de automóviles proponen exportar el PIVE

Los representantes de la industria del automóvil europea se reunieron ayer en la sede la patronal española de los fabricantes de automóvil (Anfac). En total, participaron los representantes de 16 países (además de España, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Holanda, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Suecia, Turquía y Reino Unido). Según informó la asociación española en un comunicado, Erik Jonnaert, secretario general de ACEA (la organización que agrupa a las organizaciones de fabricantes) destacó «el papel principal y relevante que está jugando la industria del automóvil española en la promoción de la industria europea», después de que haya escalado un puesto en el «ranking» de productores internacionales (hasta el octavo lugar).

Este no fue, obviamente, el único tema tratado en dicha reunión, en la que se prestó importancia a las medidas llevadas a cabo por el Ejecutivo para estimular el sector, como el plan PIVE

o las reformas normativas que han permitido incrementar la competitividad de las plantas españolas, según indicaron fuentes conocedoras del desarrollo del encuentro.

Los representantes de las organizaciones patronales destacaron el empuje obtenido gracias a los planes de incentivos directos a la compra adoptados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que han permitido incrementar el número de matriculaciones (un total de 855.308 unidades durante 2014, lo que arroja un incremento del 18,4%) y han consolidado a España como el segundo fabricante europeo, sólo por detrás de Alemania. De hecho, la ACEA puso el PIVE como ejemplo de programa para reducir las emisiones de dióxido de carbono y estimular el mercado, algo que fue «acogido positivamente por la mayoría de las países», aunque no todas se mostraron seguras de que sus respectivos Gobiernos sean receptivos.

No hubo palabras en el discurso oficial sobre la situación política española. Aunque, según estas mismas fuentes, en conversaciones informales el resto de países no parecen preocupados por el devenir de la política española. «Están convencidos de que al final todos los partidos, independientemente de su ideología, quieren crear empleo. Y esta es una industria que crea empleo».