Emilio V. Escudero, en una entrevista al hispano-montenegrino Nikola Mirotic
Emilio V. Escudero, en una entrevista al hispano-montenegrino Nikola Mirotic - ABC
candidato a blog del año

Emilio V. Escudero: «No sé si es el Blog del Año, pero sí que quien lo visite repetirá»

Responsable de la información de baloncesto en ABC, da «salida a la cara B del baloncesto» en un espacio en el que vuelca, además «sentimientos» y pasiones

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Décimo día de agosto de 1984. El Forum de Inglewood, de Los Angeles, ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos, acoge el acontecimiento que será punto de partida de la exitosa historia moderna del baloncesto español. Michael Jordan, Pat Ewing, Chris Mullin... Todavía prometedores jugadores universitarios, luego estrellas de la NBA, derrotan a Corbalán, Solozábal, Llorente, Margall, Epi, López Iturriaga, Beirán, Jiménez, Arcega, Fernando Martín, Romay y De la Cruz.

Tres décadas después nos sigue quedando «un mundo para acercarnos» a la idea americana «de espectáculo y entretenimiento», nos dice Emilio Vicente Escudero, responsable de la información de baloncesto de ABC, y candidato a Blog del Año por «Pasando por el aro», el espacio «en el que pienso casi cada día cuando llego al trabajo.

En el que vuelco buena parte de mis sentimientos y donde doy salida a la cara B del baloncesto. Un lugar donde contar historias que están lejos de la información. No sé si es el Blog del Año, pero seguro que el que lo visite tiene argumentos para volver a hacerlo más veces sin aburrirse», define.

«En España los equipos cuidan bien a sus filiales»

Volvamos al 84. Los kioskos están llenos de publicaciones semanales sobre baloncesto, pero hoy «el auge de otros deportes como la Fórmula 1 o el tenis han ido rebajando el interés por el baloncesto, cuya relevancia queda casi relegada al ámbito de la selección española», dice el periodista, que también establece una diferencia en la propia competición, esa NBA donde triunfaron los extraterrestres que nos ganaron por 30 puntos de diferencia en aquella final, y nuestra ACB. «El sistema universitario, también influye, aunque creo que es secundario. Aquí no hay universidades, pero sí canteras. Los equipos cuidan bien a sus filiales en muchos casos, aunque el salto al deporte profesional sí es más complicado», opina con criterio acreditado por su paso por «Nueva York, cuna del baloncesto americano y epicentro informativo del mundo entero».

La generación de oro

Las canchas de 1984 están llenas y, solo dos años más tarde, España será sede del Mundobasket, 86. Faltan pocos años para que medio planeta se calce las zapatillas más feas jamás vistas: cuero rojo y negro y un hombre al que imitar: el mismo Jordan que nos relegó a una plata con sabor a oro. Antes, habíamos conocido tal metal (1935, 1973 y 1983, todos subcampeonatos europeos) Pero tardaríamos 22 años en colgarnos el oro. Fue en el mundial, gracias a «los chicos de oro», una generación que tropezaba incomprensiblemente hace apenas unos meses cuando «se juntó un día de mala fortuna, en el que todo salió mal, con una mala gestión del vestuario por parte del cuerpo técnico. Ese partido ante Francia, aún con el segundo problema, lo tendría que haber ganado España en 8 de diez ocasiones», recuerda Escudero, que aboga por «pasar página».

«Los chicos de oro todavía pueden dar muchas alegrías»

Tres décadas después de aquella plata, que solo 3 miembros de la más reciente selección de jugadores que representaron a España vivieron -sin duda con muy escaso interés: Pau Gasol, 1980; Navarro, 1980 y Calderón, 1981- hemos llenado el medallero con un oro mundial y dos europeos; dos platas olímpicas y tres europeas más, y tres bronces en el campeonato continental. ¿toca relevo?. «Cuerda queda, el problema es para qué. ¿Lograr una plata en el próximo Europeo es suficiente o nos hemos acostumbrado solo al caviar? Creo que los chicos de oro aún pueden dar más alegrías. Llegarán, por lo menos, a los Juegos de Río y a partir de ahí serán otros los que tengan que asumir la responsabilidad. Relevo hay, en los Ricky, Ibaka, Sergio Llull, Sergio Rodríguez… pero sí que la generación posterior debe empezar a empujar para continuar la senda exitosa de la última década», vaticina el autor de « Pasando por el aro».

Eso sin olvidar el baloncesto femenino (actuales subcampeonas mundiales). O ¿no interesa? «¡Claro que interesa!», protesta el salmantino, -hoy en ABC, previo paso por Onda Cero, Libredirecto, Opta Sports y Onda 6- «En España hay miles de mujeres que lo practican. Es uno de los deportes que más licencias tiene. En ciudades como Salamanca [dice, reivindicando la suya] se llenan pabellones con partidos de la liga femenina. El problema, como en el resto de deportes minoritarios, es económico. De apoyo. Cuesta mantener la inversión, porque no hay retorno. El hecho de que España sea potencia mundial responde a un trabajo de base y al apoyo de la Federación de baloncesto, que ha hecho siempre especial hincapié en este asunto», dice.

El bolígrafo de Rudy

Este «apasionado del deporte dentro y fuera del trabajo, porque sin ese interés sería imposible transmitir a la gente los sentimientos que se desprenden de la información deportiva», poco mitómano, guarda sin embargo «el bolígrafo con el que Rudy Fernández firmó su contrato con el Real Madrid. Una larga historia que da para otra entrevista», narra. Y dos recuerdos imborrables: «la sensación de estar haciendo historia junto a Pau Gasol el año que ganó su segundo anillo de la NBA. Con eso, y con el Europeo de Lituania en el que España arrasó», recuerda.

De su experiencia profesional una «no entrevista» que comparte: «En 2010, con los Cavaliers eliminados por los Celtics en el TD Garden de Boston, LeBron James estaba solo, en una esquina del vestuario, semidesnudo y tapado por una toalla. Enfrente, un enjambre de periodistas esperábamos para escuchar sus palabras tras un nuevo fiasco del "mejor jugador de la NBA" en su anhelo por lograr el campeonato. Fue un momento de tensión único. Lo recuerdo de manera especial por la relevancia que tuvo en el devenir de la NBA», dice.

Poco polémico y -confiesa- mal jugador de baloncesto, no pasa por el aro de tener que decir algo malo de la Federación - «una familia», define- aunque se le escapa un desliz hacia la ACB: «da gusto cubrir un partido en la NBA, porque todo son facilidades. Justo al contrario de lo que ocurre aquí», dice.

Mientras, acumula tiros libres hacia el aro que le puede convertir en autor del Blog del Año en ABC, algo que depende de otros tantos apasionados del deporte, y que solo ocurrirá si le votan aquí.

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