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Cae un árbol de grandes dimensiones en una calle de Fuencarral repleta de viandantes

Se partió y se desplomó sobre un aparcamiento de motos y a un joven que iba a recoger la suya le rozó. Por suerte no hubo víctimas. Media docena de vehículos sufrieron daños

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La tragedia sobrevoló ayer sobre los viandantes que abarrotaban sobre las 22 horas la calle de Fuencarral en el distrito de Chamberí. A la altura del número 139 un árbol de grandes dimensiones (de una altura de cuatro pisos, aproximadamente, y medio metro de diámetro), en concreto, un olmo, se quebró por el tronco y se desplomó sobre un aparcamiento de motos, cerca de una terraza, confirmaron fuentes de Emergencias Madrid.

El suceso se produjo coincidiendo con la salida de espectadores de todas las edades, familias enteras, del cine Proyecciones, situado justo en la acera de enfrente, y con la gente que iba a cenar o de copas.

Media docena de vehículos resultaron dañados, uno de ellos quedó totalmente destrozado.

Guillermo, un joven, aún con el susto en cuerpo, explicaba a ABC que la masa arbórea le rozó el hombro justo cuando acababa de recoger su vehículo. De hecho, tenía pequeños trozos blancos en la ropa. Su motocicleta fue una de las que resultó afectada, mientras que otra quedó sepultada por las ramas con el manillar partido, al igual que un coche.

«Ha sido un milagro que no haya habido ningún muerto. El árbol es inmenso. ¡Vaya grosor que tiene!, cae sobre alguien y no lo cuenta», repetía la gente que se concentraba en el lugar. «Es uno de los pocos tramos de la calle que no hay mesas en la acera, de lo contrario, la tragedia habría estado servida», comentaban otros.

Los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid se afanaron en cortar con motosierras las ramas que quedaron esparcidas sobre la calzada, por lo que un carril tuvo que ser cortado al tráfico rodado. Emplearon en esa tarea veinte minutos, observados por los curiosos. Los operarios del Selur recogieron después los restos del árbol.

Podrido por dentro

Hasta el lugar se desplazó una dotación del Samur-Protección Civil, que no tuvo que atender a nadie, así como agentes de la Policía Municipal y de Movilidad. Después se fueron acercando los propietarios de los vehículos alcanzados por el árbol para preparar los partes con los destrozos sufridos.

Por su estado, el olmo parecía estar podrido por dentro. Tenía una cinta por encima de la parte por la que se partió, como si hubiera sido sometido a algún tipo de mantenimiento reciente. «Las larvas y los hongos convierten a la madera en esponjosa, como es el caso», comentaba un biólogo contemplando la aparatosa escena.

«No sé cómo pueden pasar estas cosas, si es por falta de mantenimiento, porque no los podan o qué... ¡es una vergüenza!», afirmaban otros testigos.

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