El Hipódromo se vuelve a quedar sin carreras

Apenas dos semanas después de que el «turf» español se inundara de optimismo y euforia por el acuerdo alcanzado entre la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) para nombrar a la Federación Hípica Española (RFHE) como el nuevo regulador de las carreras de caballos, en sustitución de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España (SFCCE) –en liquidación–, la situación ha dado un giro radical que desemboca en la suspensión indefinida de las carreras en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid, cuyo inicio estaba previsto para el próximo 1 de marzo.

La demora en la firma del pacto, logrado el pasado 6 de febrero y cuya rubrica fue entonces considerada por las partes como un «trámite», obliga a que el Acreedor Concursal de SFCCE y la RFHE, en el firme propósito de que arranque la temporada, acuerden que sea Fomento quien, de forma transitoria y como había hecho hasta el 2 de diciembre, ejerza la potestad reguladora hasta su liquidación definitiva, pues se encontraba en situación concursal.

Además, se establece que la Sociedad de Fomento mantendrá sus ingresos como regulador, del 4% sobre los premios otorgados y, en paralelo, se proceda a la venta de sus activos a la Federación Hípica, que incluyen el código de carreras, la base de datos y los derechos audiovisuales, según ha comunicado a ABC Gonzalo Díaz, abogado de SFCCE.

Estas condiciones son rechazadas por el Hipódromo de la Zarzuela, que alega una situación de «inseguridad jurídica» porque sostiene que son ellos los titulares de tales derechos, punto principal del desacuerdo.

Querella

La negativa se apoya, además, según informes de la abogacía del Estado, en la exigencia de que la otra parte citada retire una querella, del 22 de enero y que todavía no ha sido admitida a trámite, en la que se acusa de estafa, falsedad documental y coacciones a Faina Zurita, presidenta del Hipódromo –supuestamente, por los tres delitos–; Gerardo Torres, director de carreras; David Pasamontes, director financiero; y, por otro lado, a Carlos Rodulfo, presidente de la Asociación de Hipódromos, y Javier Revuelta, su homólogo en la Federación Hípica. Su presencia en el escrito no implica la participación en todas las causas.

Dicha querella, a la que ha tenido acceso este periódico, denuncia, entre otros, la presunta venta fraudulenta de los derechos audiovisuales del Hipódromo a Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) por 5,5 millones de euros.

SFCCE apoya su postura en una sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº8 de Madrid, de 12 de enero de 2015, que desestima la demanda interpuesta por el Hipódromo de la Zarzuela de excluir del activo de su empresa los derechos de imagen incluidos tras el concurso, así como el reconocimiento de su posesión desde hace treinta años.

Según destacan en la Sociedad de Fomento, la postura de Zarzuela confirma que su intención desde el inicio fue forzarles a la liquidación, de la misma forma que su rechazo obedece a la única premisa de defender «intereses personales». Y es que Revuelta, también incluido en la denuncia, aceptó los términos del acuerdo.

Potestad reguladora

El conflicto por la titularidad de los derechos de imagen va solapado a la disputa por las competencias reguladoras. Desde el Hipódromo, en consonancia con todo el sector –según señalan–, no se reconoce tal potestad porque el convenio que así lo establecía expiró el pasado 2 de diciembre. Mientras, la SFCCE indica que tales atribuciones se mantienen intactas porque en la modificación de los estatutos de la RFHE, aprobados por el CSD el 18 de diciembre de 2014, no hubo cambios en el artículo 59.5 que lo reconocía como tal.

«Fomento es el único regulador oficial», ha explicado Gonzalo Díaz, quien ha recordado que el acuerdo entre su representado y la Federación Hípica lo formuló la Sociedad de Fomento «hace meses», pues ellos «siempre han dado facilidades» para la celebración de las carreras, ahora suspendidas.

El Consejo Superior de Deportes, por su parte, ha manifestado su intención de no hacer ninguna declaración en este sentido. A la par, el entusiasmo que Zurita y Torres, así como entrenadores y profesionales, transmitieron hace una semana, se ha tornado en una decepción absoluta.

Según ha sabido ABC, ambos dijeron ayer, en una reunión con representantes del sector, que «si tienen que dimitir lo harán», pero que su sucesor tendrá «el mismo problema». Piezas que construyen una situación cada vez más parecida a la que se produjo hace una década, cuando el hipódromo quedó inerte durante nueve años.