«Ellos no son el islam, son terroristas»

La calle Veleta de Fuenlabrada apenas tiene 300 metros de longitud, pero en ella conviven desde hace 23 años la sede de la comunidad musulmana más grande de la región y los feligreses de dos iglesias evangélicas contiguas. La tolerancia es su modus vivendi. Por eso, cuando recuerdan las imágenes del atentado al semanario francés «Charlie Hebdo» su frente se frunce y contonean la cabeza de lado a lado en señal de repulsa. Conmoción, dolor, indignación y profundo rechazo son las palabras que más repiten para expresar lo que sienten. «Ellos no son el islam, son terroristas. Mahoma es el profeta de la paz», afirma con rotundidad Mohamed Said Alilech, el presidente de la Asociación de Jóvenes Musulmanes de Madrid, mientras sostiene un ejemplar del Corán en español y en árabe.

Ellos pertenecen a una de las 50 mezquitas y asociaciones islámicas de toda España que se han sumado a la convocatoria de la Fundación de Cultura Árabe para concentrarse este domingo a partir de las 13.00 horas en la glorieta de Atocha en señal de «repulsa total y contundente» al «cruel atentado» contra la publicación satírica conocida por sus caricaturas de Mahoma. Los organizadores de la marcha silenciosa calculan que acudirán entre 3.000 y 4.000 personas, que concluirá con la entrega de una ofrenda floral en la embajada de Francia.

«Las bases del islam no predican la violencia. Todo lo contrario. Los extremismos y la radicalización, por desgracia, existen en todas las ideologías, religiones y colectivos. Los que actúan de forma violenta en nombre del islam, malinterpretan los textos sagrados», expone Mohamed Said Alilech, con el gesto serio.

Los musulmanes que conforman esta asociación madrileña con 400 miembros, entre niños y adultos, reafirman la convicción de que «la mejor vacuna contra los radicalismos consiste en el conocimiento mutuo, basado en el respeto y la tolerancia». «Este tipo de matanzas nos duele doblemente porque, además de ser una barbarie, generan una estigmas e islamofobia», explica Rahma, una de las profesoras de árabe de la asociación.

En la sala de al lado, Latifa, otra de las voluntarias del centro, tacha de «inhumanos» los atentados. «Si no les gusta una caricatura, ya está la ley para denunciarlo, pero nunca deben responder con violencia», argumenta. «En el islam acabar con una vida es matar a toda la humanidad».

Apoyo al pueblo francés

Con esta marcha silenciosa, quieren mostrar su «total solidaridad con las familias de las víctimas» y su «pésame más triste al pueblo francés». Pese a lo ocurrido en el país vecino, no creen que vaya a suceder algo así en España. «Aquí se respeta más el islamismo», considera Lahcen Saaou Haysoun, el imán de Barcelona. El consejo de ulemas es tajante a la hora de determinar que «está terminantemente prohibido forzar a nadie a convertirse al islam, el hacer daño a mujeres o niños y sobre todo, torturar y asesinar en nombre de Alá».