La curva de A Grandeira se llenó de personas a la hora del siniestro, dos años después
La curva de A Grandeira se llenó de personas a la hora del siniestro, dos años después - efe
homenaje a la víctimas

Angrois aún llora la tragedia

En el segundo aniversario del accidente, víctimas y vecinos esperaron la llegada de un Alvia que sí llegó

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Sobre la curva de A Grandeira se juntaron ayer víctimas, vecinos y familiares para esperar el paso de Alvia a las 20.40. Esta vez el ferrocarril pasaba sin problema hasta la cercana estación de Santiago. A una velocidad adecuada y ante la atenta mirada de los callados rostros de los presentes. Fue un día para recordar, a los que ya no están y a los que volvían al lugar donde nació el causante de sus pesadillas.

Angrois recibió tras dos años a los afectados por uno de los mayores accidentes ferroviarios de nuestro país. El silencio y las caras de dolor volvían otro 24 de julio. «Da igual los años que pasen, las imágenes de gente con cuerpos a cuestas vuelven cada día a nuestras cabezas», lamentaron los vecinos de un pueblo que pasó a situarse en el mapa por su heroicidad.

El presidente de la asociación de vecinos, Anxo Puga, fue el único que quiso pronunciarse en el emotivo acto. Los demás, allí presentes y ofreciendo su incondicional apoyo a los familiares y víctimas, prefirieron mantenerse en una apartada esquina. Las palabras de Anxo fueron dirigidas a las personas que vivieron el siniestro y a sus familiares. «Llegasteis aquí como peregrinos que vacían sus mochilas cargadas de tristeza y hambre de justicia. Os animamos a seguir vuestro camino, ya con una mochila menos pesada».

Por su parte, desde la Asociación de Víctimas del Alvia decidieron aprovechar la ocasión para exigir justicia. Una vez fuera de la Colegiata de Sar, donde tuvo lugar la solemne ceremonia, se armaron con sus pancartas y al grito de «verdad, justicia y reparaciones» dirigieron sus pasos al lugar del accidente. Aún con la voz quebrada, pero con la seguridad que les aporta estar «entre los suyos», la familia surgida por sus componentes quiso devolver la atención a Angrois y a sus héroes. «Sin ellos, hoy los 80 muertos hubieran sido muchos más».

Más de un centenar de personascompartieron este momento de dolor con sus protagonistas. «Venimos muy a menudo. Prefiero venir a dejar flores al lugar donde sé que mi hija perdió la vida que imaginármelo en mi casa», aseguraba la madre de una chica de 25 años que se quedó en las vías ese trágico día. Una inmensa ausencia para una eterna presencia en la mente de todos ellos. Ochenta rosas blancas fueron depositadas en el crucero situado al lado de la curva. Así lo quiso un ciudadano francés, que se trasladó hasta la zona para ofrecer su apoyo. También los vecinos de Angrois quisieron dejar un centro en lo que es para ellos un rincón indeseado en su pueblo.

Para finalizar lo que fueron casi tres horas de homenaje sonó la canción compuesta por el hermano de Esperanza Fernández. Él sobrevivió al accidente, lo que no hicieron sus acompañantes. En el rap narra su historia. Los planes para las fiestas, su última imagen antes del fuerte estruendo y la posterior ayuda recibida por un «alguien» sin nombre. Santiago ya era anunciado por megafonía, pero ese día, el destino nunca llegó.

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