Miño, el alcalde del 6 por ciento

La aritmética electoral, la estrategia política contra el rival natural, las negociaciones en los despachos y las dinámicas propias del juego electoral municipal provocan en ocasiones decisiones que sorprenden, incluso, a los implicados más directos en ellas. Tal fue el caso de la pequeña localidad coruñesa de Miño, de apenas 5.000 habitantes en la comarca de Betanzos, en la que este sábado se produjo una de las tomas de posesión más comentadas de toda la Comunidad, pues resultó elegido alcalde el candidato de Compromiso por Galicia (CxG). Ricardo Sánchez fue el único edil de la formación, que consiguió solo 234 votos, lo que supone poco más del 6% del total.

El controvertido resultado de la votación de toma de posesión se fraguó desde la noche electoral, con el empate a seis concejales entre PP y PSOE, si bien fueron los socialistas la fuerza más votada con algo más de 100 votos de diferencia.

Con la mayoría absoluta fijada en 7 ediles, el escaño de CxG se convertía en clave en la formación del gobierno municipal. Del mismo modo, la naturaleza socialdemócrata y galleguista del partido minoritario —una escisión del Bloque Nacionalista Galego con tres años de historia—, así como el hecho de que eran los populares los que habían ostentado la alcaldía hasta el momento, hacía prever una rápida alianza que provocase el cambio de manos del bastón de mando local. No fue así, y ante la ausencia de acuerdo el candidato de CxG anunció que se votaría a sí mismo en el primer pleno de la corporación recién constituida, de modo que acabaría como regidor en minoría el socialista Manuel Vázquez Faraldo al haber sido la lista más votada.

El giro a las previsiones vino de la mano de la bancada popular, que decidió unilateralmente dar su apoyo al edil nacionalista para evitar la llegada de los socialistas al poder, una estrategia similar a la del PSOE en otros municipios del entorno, como Ferrol, Fene o Cedeira, donde el PP fue el partido con más apoyos y no pudo gobernar.

«No es lo adecuado»

Ni desde las agrupaciones locales del PP ni de CxG se han querido hacer demasiadas valoraciones de la cuestión, pero el nuevo alcalde subrayó que «no hubo pacto» con los populares y que gobernará en solitario. Desde la formación nacionalista siguen asegurando que su intención era alcanzar un pacto con los socialistas y que lo seguirán buscando. El que sí se ha pronunciado es el secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, que señaló que el voto de su partido «no es lo adecuado». Sin embargo, recordó que propusieron primero una reforma electoral y más tarde un pacto entre partidos para que gobierne la lista más votada, algo que el PSOE rechazó en numerosas ocasiones y que ahora pide que se respete en Miño.