Así es la extensa mansión con piscina y cámaras de vigilancia de los «miguelianos»

En la entrada trasera aún queda el felpudo vigilado por una cámara de seguridad. En una zona con viviendas dispersas, aisladas unas de otras, frente a la costa, la que un día fue sede de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel se presenta imponente. Tanto, que está rematada por una pequeña torreta que simula la almena de un castillo. A sus pies está lo que parece una piscina cubierta con tobogán incluido.

La casa, conocida también como «Las murallas de Jerusalén», tiene además pequeñas estancias en distintos niveles. Al menos a una de ellas, independiente, se accedería desde el jardín. Desde el exterior, se observan varias alusiones religiosas: además de distintas estatuillas, sobre el portón de los coches luce una cerámica con la inscripción «San Miguel» en sintonía con el «84-B» que acompaña al telefonillo con cámara incorporada.

Tras ser expulsado de la diócesis de Tui-Vigo, el líder del grupo y algunos de sus colaboradores se marcharon a una casa similar en Collado Villalba (Madrid), donde fue detenido.