Ximo Puig (PSOE) y Alberto Fabra (PP) se saludan en una imagen de la pasada semana
Ximo Puig (PSOE) y Alberto Fabra (PP) se saludan en una imagen de la pasada semana - ROBER SOLSONA
PACTOS POSTELECTORALES

El PSOE queda a merced de Podemos y los nacionalistas en la Comunidad Valenciana

La única opción para formar gobierno pasa por recomponer el pacto para el tripartito; los votos de Ciudadanos no sirven para decantar la balanza porque el PP rechaza apoyar a los socialistas

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Tripartito de izquierdas o elecciones anticipadas. El escenario político emanado de las urnas en la Comunidad Valenciana no ofrece, a día de hoy, ninguna alternativa más. A diferencia de lo sucedido en Andalucía o la Comunidad de Madrid, donde Ciudadanos ha resultado clave para decantar la balanza de la gobernabilidad, en la Comunidad Valenciana el partido de Albert Rivera ha quedado en tierra de nadie. Sus trece escaños sobre un Parlamento de 99 no son suficientes para aupar al Partido Popular (que obtuvo 31) a la Presidencia como ha hecho con Cristina Cifuentes en Madrid. Enfrente hay un bloque de izquierdas formado por PSOE (23 diputados), Compromís (19) y Podemos (trece) que impediría ese acuerdo.

La ruptura del tripartito

Estos tres partidos iniciaron el pasado 1 de junio las negociaciones para formar un tripartito.

Sin embargo, los socialistas dieron por «suspendido» el diálogo este martes al sentirse «insultados» por Compromís. En el fondo, la discrepancia entre las formaciones se halla en la pugna entre el socialista Ximo Puig y la líder de la coalición nacionalista, Mónica Oltra, por presidir la Generalitat. El primero esgrime que es la fuerza de izquierdas más votada. La segunda argumenta que tiene el apoyo de Podemos (bendecido en una comida por Pablo Iglesias) para ser presidenta (es ese caso sumarían 32 escaños).

La maniobra de Ciudadanos

La negociación saltó por los aires este martes y Ciudadanos, hasta ese momento en un segundo plano, emergió como alternativa. Carolina Punset, cabeza de lista del partido de Rivera está dispuesta a apoyar al socialista Ximo Puig en la investidura y quedarse fuera del Gobierno. Ese era el plan B del PSOE tras la ruptura con Compromís y Podemos. Sin embargo, esa alternativa pasa por la abstención de los 31 diputados del PP, y los populares han dicho que no. Conforme avanzó ayer en exclusiva ABC, el PP no apoyará la investidura de Puig. El propio Alberto Fabra, presidente en funciones de la Generalitat, se lo comunicó anoche a Punset, quien pretendía evitar la entrada en el Gobierno de Compromís, al que acusa de defender las tesis pancatalanistas.

Cena entre Fabra y Puig

Fabra cenó anoche con Ximo Puig, y le dejó claro que el PP no propiciará que haya un presidente socialista, lo que deja al PSOE en manos de poder recuperar el entendimiento con Mónica Oltra. De lo contrario, los valencianos volverán a decidir en las urnas.

Los pactos locales, en el aire

En este escenario, PSOE, Compromís y Podemos están condendados a entenderse para evitar unas elecciones anticipadas. El plazo finaliza a finales de agosto. Antes, este mismo sábado, se constituyen los Ayuntamientos. En decenas de casos se han perfilado pactos de izquierdas que podrían quedar en el aire si los partidos involucrados no resuelven sus rencillas para formar Gobierno en la Generalitat. Entre ellos los de las capitales de provincia. En el caso de Valencia, Ciudadanos ha intentado una maniobra para aupar a su candidato, Fernando Giner, a la Alcaldía, que pasaría por contar con el apoyo de Compromís y del PP, con Rita Barberá fuera del Ayuntamiento. Una opción que a día hoy no contemplan los populares.

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