Como dijo Jefferson

Los políticos, cuando se ponen exquisitos y elevados -o quien les escribe los discursos-, citan a Gandhi, a Marx e incluso a Jesucristo para cerrar, generalmente y por inercia, con alguna simpleza deslucida. Los hay también con una vena lírica estudiada y poco fluida. Pablo Iglesias que se da, de vez en cuando, a la poesía y a Machado, concretamente, para encender a las masas. A los dos Machados en verdad. En función de si proclama de Despeñaperros para arriba o mirando al sur elige los versos de don Antonio o de Manuel.

Vuelven a la vida las Cortes de CyL como un campamento veraniego donde dejan los ciudadanos a sus políticos para descansar un poco de tanta prodigalidad y promesa electoral en este estío plomizo y sofocante.

Y retornan a la Cámara, como «oscuras golondrinas», los discursos, las réplicas e incluso las dúplicas y con estos, las citas célebres de manual.

Asistí ésta semana a las jornadas de la Asociación de Periodistas Parlamentarios en Madrid donde Íñigo Errejón, en los treinta minutos que tenía de intervención, nos dio a los presentes una clase sobre teoría política ininteligible y atragantada. Del ya famoso «#TuiteaComoErrejón» surgió con preocupación otro «#¡RespiraErrejón!» cuando, morado, pensamos que se nos moría allí mismo.

En el debate de investidura Luis Fuentes le habló al presidente Herrera de Thomas Jefferson para decirle no sé qué cosa de la Ordenación del Territorio. ¡Ahí es nada! Palabras de un padre fundador… También se atribuye al tercer presidente de los Estados Unidos de América aquello de «no hay talento más valioso que el de no usar dos palabras cuando basta una». Pero hay mucho procurador novel en esta legislatura.

De los castellano y leoneses dicen que somos secos de palabra; breves, escuetos. Pero a veces nos salva la retranca. «Yo no sé qué opinión tenía Jefferson de la Ordenación del Territorio» exclamó Herrera.