corazón de león

¡Vaya papeleta!

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hoy toca depositar la papeleta; o sea, hacer un hueco en la apretada agenda dominical y primaveral, entre la excursión mañanera, la Primera Comunión del mediodía, con su copioso almuerzo, la correspondiente siesta, seguida de los toros o el fútbol (o ambos, con el transistor en la oreja, como antaño) para, sin solución de continuidad, enredarse en internet o en la tele para saber «a tiempo real» (como dicen los modernos periodistas) quién va a ser el próximo alcalde de la localidad o el jefe de la Junta. Agotadora jornada para la mayoría de los ciudadanos que, se supone, cumplirán con su deber en las urnas a sabiendas de que al día siguiente será un lunes más en el que el despertador no sabe de votos ni de candidatos.

La ley española (no la de otros países tan democráticos o más) prohíbe desde la víspera, hacer campaña política, pues se supone que el personal está «reflexionando»; es decir, que ni los periódicos pueden publicar encuestas ni informaciones que afecten a la «reflexión»” de los votantes. Es la ley, aunque siempre habrá quien se la salte (no es lugar éste para recordar el 13-M de 2004, dos días después del mayor atentado terrorista en España). Hoy no se puede pedir el voto ni siquiera para esos partiditos que se apuntan a la causa para conseguir el partidazo de las subvenciones.

A ojo de buen cubero, por la provincia leonesa habrá pocos sustos, o al menos no tantos como se suponen por otras tierras. Por aquí, ya se sabe que llegadas las elecciones locales el personal vota más a la persona que al partido. Y así les va, para bien, o para mal. De todo hay en esta viña leonesa, pero, al término, las uvas se las llevan los más espabilados, que, a veces, son los más inteligentes y los más sensatos.

Y como no es día de escribir seriamente de los aspirantes a regir esta provincia, valga la frivolidad de sugerir los candidatos que en una inimaginable papeleta electoral triunfaría en las elecciones de hoy: Como número uno, Jesús Calleja, peluquero reconvertido en alpinista y «comunicador»; como número dos, Leo Harlem, chistoso de éxito en las teles; como número tres, Frank de la jungla, el tipo que ama a los vampiros; como número cuatro, Carmen Lomana, la señora que vive de a saber qué; y como número cinco, Imanol Arias, que aunque parezca vasco, nació por aquí. Con esta papeleta, con tales personajes, la mayoría estaría asegurada en estos tiempos en los que la «tele» se ha convertido en el mayor púlpito para predicar bondades y miserias.

Si hoy se presentara a las elecciones una papeleta repleta de tertulianos, sería la vencedora, pues en esta sociedad de hoy se confunde elocuencia con inteligencia, y así va la nave… Son tiempos de charlatanes y espabilados. Pero hay que confiar en las urnas…

Ver los comentarios