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El Leganés saca los colores al Valladolid

Un gol de Borja Lázaro hace justicia y castiga la nefasta segunda parte de los castellanos

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Por segunda jornada consecutiva el Real Valladolid perdió. Una circunstancia novedosa esta temporada en la que hasta hace quince días los pucelanos solo habían caído en una ocasión, ante el Lugo, mostrando unas señas de identidad claras en los terrenos de juego y mostrando su candidatura al ascenso. Precisamente todo lo contrario a lo que mostraron ayer durante toda la segunda mitad en la que estuvieron en manos del Leganés que, pese al gran trabajo de Javi Varas durante todo el duelo, fueron capaces de hacerse con una victoria merecida gracias al gol de Borja Lázaro debido a que los locales tuvieron fe desde el inicio en sus opciones de triunfo, algo de lo que adolecieron los castellanos en los segundos 45 minutos.

Porque aunque es cierto que en la primera parte, después de cinco minutos nefastos en los que los “pepineros” tuvieron cercado a los blanquivioleta, el Valladolid gozó de las mejores ocasiones de gol, su alarmante falta de efectividad le pasó factura. Y es que un equipo como el pucelano, que tiene hasta cuatro ocasiones claras de gol no puede fallar todas si realmente quiere estar en la parte noble de la clasificación. Sobre todo si alguno de ellas, como las que tuvieron Oscar González y Jeffren son en jugadas en las que su único estorbo ante la portería era el guardameta después de romper la línea de defensa.

Un mal que acusan desde hace algunas jornadas y que ayer le pasó una cara factura.

Una grave carencia de la que, en la segunda mitad, tampoco hubo forma de evaluar si se podría haber superado. Y es que en ese tramo del partido los castellanos ni siquiera probaron al portero rival. Es más, se tuvieron con conformar en defenderse como podían de sus acometidas con Javi Varas como protagonista en muchas de ellas.

Todo ello por la sangría que el Leganés provocó en el centro del campo en el que ni Sastre, acertado en la primera mitad pero desaparecido en la segunda, ni André Leao, inédito durante todo el partido, eran capaces de parar.

Tan clara era la superioridad de los madrileños en esa faceta que “Rubi” sacrificó a uno de sus jugadores de ataque, Oscar Díaz, para colocar en el campo a Álvaro Rubio para intentar crear superioridad. Ni por esas. El Valladolid era una marioneta en manos de su rival que incluso dejó de ser rival cuando Borja Lázaro aprovecho una jugada personal para hacer el 1-0.

Un tanto que terminó por descolocar a los pucelanos y mostrarles incapaces de reaccionar, como ya les pasara ante Las Palmas cuando recibieron el 1-2. Ante esa situación los locales dejaron que pasaran los minutos controlando bien el juego y haciéndose con un triunfo que esta vez sí, debe de crear cierta preocupación en la familia blanquivioleta.

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