El ex director general de Radiotelevisión Canaria Guillermo «Willy» García, al llegar, este miércoles, al Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife
El ex director general de Radiotelevisión Canaria Guillermo «Willy» García, al llegar, este miércoles, al Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife - EFE
TRIBUNALES

«Willy» García desliga a Rivero de los contratos bajo sospecha en Televisión Canaria

La acusación particular cree que estas contrataciones solo son la punta del iceberg

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El caso «Willy» llevó este miércoles a su protagonista, el ex director general de Radiotelevisión Canaria (RTVC) Guillermo «Willy» García, al Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife. Cuando García enfilaba sus pasos hacia la entrada del edificio judicial, quien fuera su jefe en Radio Club Tenerife, Francisco «Paco» Padrón, aún seguía declarando ante la juez María de los Ángeles de Lorenzo-Cáceres por los contratos bajo sospecha entre su productora, Amanecer Latino, y Televisión Canaria (TVC). No fueron estos, los cerrados con la empresa de Padrón, los únicos contratos por que la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital tinerfeña preguntó a quien fuera designado por el expresidente Paulino Rivero para llevar las riendas de RTVC.

No en vano, en las denuncias que han dado lugar al caso «Willy», una de ellas la presentó la diputada del Partido Popular Águeda Montelongo y la otra, un denunciante anónimo, subyacen también posibles ilegalidades en convenios con las productoras Doble Diez Comunicación y 7 Mares. El ex director general del ente autonómico no habló ni al llegar al juzgado ni al salir de este, lo que sí hizo el abogado de la acusación particular, José Pérez Ventura, quien avanzó que tanto García como Padrón, en sus declaraciones, habían desligado a Rivero de las contrataciones en cuestión, que suman alrededor de 12 millones de euros. En cualquier caso, el letrado entiende que lo que de momento ha trascendido del caso y de la operación «Gloria», en que se investigan las adjudicaciones presuntamente ilegales o irregulares, es solo la punta del iceberg, tal como insistió ante los medios de comunicación tras la maratoniana jornada en el Palacio de Justicia.

Pérez Ventura adelantó que se había interpelado a los declarantes sobre Paulino Rivero y el que fuera su gobierno, y en concreto sobre si había existido algún tipo de «instrucción política» relativa a los contratos, lo que ambos negaron de plano. A juicio del abogado de la acusación particular, García y su exjefe en la Cadena Ser no solo desligaron a Rivero con sus palabras de cualquier responsabilidad en lo que haya sucedido, sino que también, voluntaria o involuntariamente, corroboraron esas posibles irregularidades en las contrataciones en TVC. «Las declaraciones, tanto las de Francisco Padrón como las de Guillermo García, lo que corroboran son esas irregularidades sistemáticas en la contratación y cómo se favorecía a determinadas empresas. En el caso de Padrón existe una relación directa entre cómo la Televisión Canaria iba pagándole a la Seguridad Social las deudas que tenía Amanecer Latino y cómo se iban generando esos contratos, hasta que finalmente se liquidó, se saldó esa deuda», refirió Ventura. El abogado agregó además que en la acusación particular consideran que los casos de la empresa de Padrón, de Doble Diez Comunicación y de 7 Mares no son excepciones, al margen de si la justicia los cree o no punibles, sino que los hechos que se investigan fueron prácticas «generalizadas» en los años de García al frente de RTVC. «Todo parece apuntar que también es con otros contratos, porque, de hecho, el propio Guillermo García declaró y explicó que esa era la forma de la que se contrataba», ahondó.

Una «forma», en lo tocante estrictamente a Amanecer Latino, que consistía en una negociación «verbal» y «bilateral» entre el que fuera responsable del ente público y el dueño de la productora, y una «forma» por medio de la cual no se solicitaban estudios económicos previos ni Padrón formalizaba por escrito sus ofertas, siempre según el relato de Ventura. Además, el periodista y empresario no elaboraba ni presentaba proyecto alguno «que justificara esas cantidades» (alrededor de un millón y medio de euros en total), como tampoco los técnicos de Radiotelevisión Canaria hicieron estudios de mercado que permitieran contrastar los precios. «Es decir, que el precio estaba fijado de forma que no se sabe cómo por quien le ofrecía a la Televisión Canaria ese producto y aceptado por parte de Guillermo García», aseveró el representante de la acusación, que hizo hincapié: «Es más, lo que vienen a establecer es que esos seis mil y pico euros que costaba cada programa eran, más o menos, el precio que durante todos los años, en las contrataciones anteriores, ofrecía Amanecer Latino, una especie de tarifa plana». En definitiva, Pérez Ventura juzga que de las declaraciones ante la titular del órgano judicial tinerfeño se desprende que el asunto va más allá de los convenios actualmente bajo sospecha, de ahí que la acusación particular vaya a solicitar que se investiguen también los acuerdos con otras empresas.

El exdirector de RTVC, a quien se imputan posibles delitos de malversación, tráfico de influencias y prevaricación (Padrón responde por presuntos delitos de malversación y tráfico de influencias), se desvinculó de responsabilidades en la programación de la cadena, lo que Ventura calificó de «incoherente»: «Evidentemente, para poder contratar tienes que tener claro lo que vas a programar».

El abogado también reveló que García había negado tener una relación de amistad con Santiago Falcón, de Doble Diez Comunicación, por lo que pidió a la juez, que le dio permiso, que se reprodujera un vídeo que evidencia la amistad entre ambos.

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