Fermín Correa, con el bastón de mando, y el resto del grupo de gobierno municipal de La Victoria de Acentejo
Fermín Correa, con el bastón de mando, y el resto del grupo de gobierno municipal de La Victoria de Acentejo - ABC
POLÍTICA

El discreto pacto PP-PSOE

En La Victoria de Acentejo, municipio del norte de Tenerife, sobrevive un acuerdo entre socialistas y populares a pesar de la directriz de Ferraz

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No son muchos, es más, son pocos, muy pocos, los representantes municipales del PSOE que han conseguido eludir la orden de Ferraz de no pactar con el PP. Una excepción está en La Victoria de Acentejo, municipio del norte de Tenerife en el que los votos de los concejales socialistas auparon al popular Fermín Correa para que llegara a la alcaldía.

Coalición Canaria (CC) logró en las recientes elecciones seis asientos en el salón de plenos del Consistorio; el PSOE, cinco; y el PP, solo dos. El día de la constitución del nuevo Ayuntamiento, Correa aseguró que no esperaba lo que minutos antes había sucedido: los ediles socialistas habían votado a favor de su investidura y, por tanto, elevado a la alcaldía a quien en el anterior mandato había formado parte del gobierno municipal junto con CC.

El cabeza de la lista menos votada accedía así al cargo e inauguraba una lista de incumplimientos que hacen del caso de La Victoria de Acentejo una rara avis en la política municipal.

La rocambolesca escena del 24M en la corporación local tuvo su origen antes de que se pegaran los carteles con los rostros de los candidatos, aunque no mucho antes. En concreto cuando la ejecutiva federal del PSOE pidió al eterno líder del partido en la localidad, Manuel Correa, que renunciara a su candidatura a la alcaldía. Aunque acusado de prevaricación urbanística y en espera de juicio oral, lo cierto es que el desistimiento de Correa por la presión de Ferraz no sentó precisamente bien en la agrupación socialista de La Victoria, que se quedó sin su candidato a pesar de que había sido inicialmente bendecido. El caldo de cultivo para el desafecto de la agrupación local hacia los órganos nacionales del PSOE ya se había producido.

El «no» de Pedro Sánchez a los posibles acuerdos con el PP y la renovación del bipartito CC-PSOE en el Gobierno de Canarias propiciaron en las Islas una nueva versión de los llamados «pactos en cascada», en virtud de los cuales nacionalistas y socialistas trasladarían su acuerdo para el ejecutivo autonómico a tantas otras instituciones del Archipiélago como fuera posible. En consecuencia, los representantes de Coalición (que hasta entonces habían manifestado que su primera opción era el PP) y del PSOE se sentaron hasta en cinco ocasiones, cinco infructuosas ocasiones.

Así, y habida cuenta de que la orden de Ferraz de no pactar con el PP dejaba a los socialistas de La Victoria sin margen de maniobra, todo parecía encaminado para un acuerdo entre CC y los populares. Tan es así, que unos y otros suscribieron un acuerdo por el que los dos ediles del PP votarían en blanco en la constitución del Ayuntamiento y propiciarían así que fuese elegido alcalde el cabeza de listas de los nacionalistas, Haroldo Martín. En los días siguientes se acordaría el reparto de las áreas de gobierno. El acuerdo lo firmaron los representantes de CC, el presidente insular del PP, Manuel Domínguez, y sus dos concejales en el Consistorio, es decir, también el propio Fermín Correa. Un Correa cuyas reticencias previas llegaron incluso a los más altos cargos regionales del PP, que dirige en las Islas el ministro José Manuel Soria, que lo convencieron de la pertinencia de que cumpliera la palabra dada.

Cascada de incumplimientos

Pero llegó el 24M: por sorpresa, cuando menos aparentemente (fuentes consultadas sostienen que era conocedor de que el PSOE lo haría alcalde cuando llegó al Consistorio el día de su constitución), Fermín Correa recibía los votos del PSOE y accedía a la alcaldía (a mediados de 2017 cedería el sillón al que fuera candidato socialista, Juan Antonio García Abreu).

El primero de los incumplimientos, el del propio Fermín Correa con su partido, el PP, y en concreto con su presidente insular, Manuel Domínguez, le ha costado la apertura de expediente y la suspensión de militancia, expediente que muy probablemente desemboque en la expulsión del partido. Además, el comité local ha sido disuelto.

El segundo incumplimiento, el de los concejales del PSOE, es doble: en primer lugar, incumplieron la directriz de los «pactos en cascada» con CC, si bien desde la agrupación local defienden que fue Coalición la que lo hizo, pues «ya tenía una alianza cerrada con el PP»; en segundo lugar, incumplieron la orden de Ferraz de no pactar con los populares. De momento, no ha habido consecuencias, y fuentes próximas a la cúpula regional socialista admiten que este no es un asunto que esté en la agenda de los temas inminentes, máxime cuando los incumplimientos de los «pactos en cascada» protagonizados por CC, sin ir más lejos en Santa Cruz de Tenerife, han sido más graves, recuerdan.

Se da la circunstancia de que una eventual expulsión de todos los concejales del grupo de gobierno de sus respectivos partidos (la de Fermín Correa y el otro edil popular está en marcha) daría lugar a un ejecutivo local de ediles no adscritos, con las consecuencias legales y para la gestión del Ayuntamiento que ello conlleva.

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