Panorama

De hervores

Es lo mismo que le pasa al gallo, que nunca se acuerda de cuando fue pollo

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DE Patricia Hernández, candidata de los socialistas canarios a la Presidencia del Gobierno regional, ha dicho Carlos Alonso, presidente del Cabildo tinerfeño, que «le falta un hervor». Y aunque parece cruel, que no lo es, creo que tiene razón. Pero hay quienes se apresuraron a interpretar esa frase como un insulto a la candidata socialista, cuando en realidad solo se trata de una boutade más del presidente insular. El significado de la frase (falta de madurez o experiencia) de ninguna de las maneras se puede calificar como una falta de respeto, sino que debemos aceptarla como expresión de una opinión, nada negativa, sobre esa persona en concreto y, claro está, siempre desde el punto de vista político. Y que conste que no trato de convertirme en defensor de Patricia Hernández.

No la conozco personalmente y ni siquiera creo que me corresponda ese papel. Es más, creo que ella sabe defenderse muy bien por sí sola.

Siendo sincero, les diré que a mi Patricia Hernández no me disgusta. Y aunque es cierto que necesita cambiar su actual discurso vocinglero e insustancial por otro más útil y sustancioso (me consta que ya está recibiendo clases de economía), y que carece de esa experiencia necesaria para poder acceder a un puesto de tanta responsabilidad como es la presidencia de un gobierno regional, no es menos cierto que se trata de una mujer con carisma, atrevida, bastante procaz y que ha demostrado tener mucho valor para llegar hasta donde hoy se encuentra, dentro de la política canaria, sin haber sido devorada por los «tiburones» con los que comparte formación política. Ahora tendrá que saber utilizar con inteligencia esas virtudes para demostrarnos si esa «falta de hervor» se queda en una simple frase con la que Alonso intentó, sin éxito, hacerle daño o, por el contrario, se trata de una realidad a la que tendrá que hacer frente.

Se dice que la experiencia es la suma de todos los errores del pasado. Mi amiga y compañera Rocío Celis escribía la semana pasada en «El Día» que «no hay conocimiento seguro sin experiencia y la experiencia es un cúmulo de éxitos y fracasos». Si lo aceptamos como axioma, dejemos que Patricia tenga la oportunidad de cometer los errores que necesita para convertirse en esa política experta que Alonso cree que podrá llegar a través de un hervor. Pero con eso y con todo, lo cierto es que el hervor que Alonso reclamaba para la dirigente socialista también él lo necesitó en su momento. Lo que pasa es que, una vez obtenido el privilegio de hacerse con la Presidencia del Cabildo de Tenerife mediante un dedazo de despedida de su antecesor, Ricardo Melchior, se olvidó de sus comienzos. Es lo mismo que le pasa al gallo, que nunca se acuerda de cuando fue pollo.

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