Antiguos pabellones de la Expo reconvertidos en edificios de oficinas puestos en venta y alquiler desde hace años
Antiguos pabellones de la Expo reconvertidos en edificios de oficinas puestos en venta y alquiler desde hace años - F. SIMÓN
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La aventura de la Expo de Zaragoza de 2008 suma ya más de 600 millones de euros perdidos

Esta sociedad pública, creada hace diez años, sigue añadiendo números rojos y debe más de 100 millones de euros a los bancos

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Las pérdidas acumuladas por la Expo que celebró en Zaragoza en el año 2008 siguen sumando pérdidas siete años después de que cerrara sus puertas. La Muestra duró tres meses, del 15 de julio al 15 de septiembre de 2008, pero se ideó sustentada en un gran plan inmobiliario que no para de añadir números rojos multimillonarios, pese a las abultadas inyecciones de dinero público que el Gobierno aragonés inyecta cada año en esta sociedad pública que gestiona el recinto de lo que fue la Expo. En síntesis, el cuadro de situación es el siguiente: más de 600 millones de euros de pérdidas acumuladas desde que nació esa empresa pública —primero llamada Expoagua y, desde 2009, Expo Zaragoza Empresarial— y una deuda viva con los bancos que supera los 100 millones de euros.

Esta empresa pública tiene diez años de vida. Nació en 2005, cuando Zaragoza se embarcó en el proyecto de organizar una Exposición Internacional. El plan incluía una previsión que el tiempo ha dejado incumplida: las cuantiosas inversiones que había que llevar a cabo para la Expo se rentabilizarían a futuro reconvirtiendo el recinto en una gran zona de oficinas y negocios que se vendería a inversores privados. El plan de negocio era muy optimista, pero el paso de los años se encargó de mostrar que estaba sobredimensionado, y la crisis inmobiliaria puso el resto.

Inyección continua de dinero público

Para capear el fiasco, los sucesivos gobiernos autonómicos han recurrido a la inyección multimillonaria de dinero en esta sociedad pública y a avalar los abultados créditos que ésta ha tenido que pedir a los bancos. Solo en ampliaciones de capital, el Gobierno de Aragón le ha inyectado a su sociedad Expo Zaragoza Empresarial más de 11 millones de euros en tan solo tres años: 4,6 millones en 2013, otros 3 millones de euros en 2014, y 3,84 millones adicionales este 2015.

A la par, desde hace un par de años el Gobierno aragonés se ha convertido a la vez en dueño y cliente de la Expo, en casero y en inquilino de gran parte de ese recinto. Ante la falta de compradores privados para el parque empresarial de la Expo, el Gobierno aragonés optó por autoalquilarse espacios. Son varios los organismos públicos que pagan tras haber alquilado espacios en ese recinto, pero el caso más abultado es el de la Ciudad de la Justicia. Es por el que el Gobierno aragonés paga a la sociedad de la que es dueño 7,5 millones de euros anuales en concepto de alquiler.

Actualmente, entre inyecciones de capital y pago de alquileres, la Expo le cuesta a las arcas aragonesas más de 10 millones de euros al año.

Pérdidas sistemáticas

Aún así, los números rojos suman y siguen. Las pérdidas han llegado a alcanzar en un solo año los 43,1 millones de euros. Fue la cifra «récord» que dejaron los números rojos de Expo Zaragoza Empresarial en 2011 -un año antes habían rozado los 10 millones-. En 2012 la cuenta de pérdidas de esta sociedad ascendió a 21,68 millones de euros, y a 22,65 millones en 2013. Las pérdidas siempre superaron con mucho las estimaciones previas que se recogían al principio de cada año en las cuentas de la Comunidad autónoma. Así, por ejemplo, para 2013 se había calculado que Expo Zaragoza Empresarial iba a perder 6,7 millones de euros, pero sus números rojos fueron finalmente más del triple.

En 2014 las pérdidas ascendieron a 1,3 millones de euros, mucho menos que en años anteriores, gracias a que desde 2014 la sociedad pública recibe íntegros esos 7,5 millones extra de fondos públicos en concepto de alquiler de la Ciudad de la Justicia, que se los paga el Gobierno aragonés, que a su vez es dueño de la empresa pública.

En la primera etapa de vida de esta sociedad pública, desde su creación hasta que cerró sus puertas la Expo, las pérdidas acumuladas ya habían ascendido a 502 millones de euros. En los dos últimos años —desde 2014— los números rojos se han reducido, pero ha sido a costa de inyectarle 7,5 millones de euros extra desde el Gobierno aragonés, cada año, por la vía del alquiler de espacios para la Ciudad de la Justicia que, por cierto, está hipotecada. El gran complejo judicial de Aragón figura como garantía hipotecaria en el crédito de más de 100 millones de euros que la sociedad de la Expo arrastra con los bancos.

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